Capítulo 52: "Disfruta el momento"

Cuando Cristian dio muestras de sus dones musicales, todos nos quedamos estupefactos. Se armó un silencio digno de un minuto silencio que imperaba en aquellos momentos por la muerte de los jugadores del Chapecoense.

 Pero nosotros callábamos porque genios como Kurt Cobain, John Lennon o Freddie Mercury se estaban revolviendo en la tumba ante aquellos versos dañinos para el aparato auditivo. Sin embargo, dolía en mayor medida no poder descargar nuestros instintos más primarios en forma de carcajada limpia ante su actuación grotesca. Jade volvía a apretar los cachetes del culo al son de sus labios para no burlarse. Se sentía más tensa que Undargarín en la Casa Real después de ser intervenido por la justicia.

Lo peor de todo es que faltaba toda una noche por delante y Abel, que no cejaba en su empeño diplomático, lejos de solucionar nuestra represión irrisoria, la agravaba en mayor medida cuando continuaba su particular entrevista cuando salimos a finalizar la quedada en el Paseo.

Ainara añadió que necesitaba darle un regalo de cumpleaños a un amigo especial cerca de la Fuente de Los Leones, por lo que Luis propuso satisfacer nuestra falta de líquido yendo a la Fuente Agria. A excepción de Abel, todos aceptamos al unísono, ya que solamente Jade, el propio Luis y yo bajábamos a la fuente y por ende, podríamos despotricar a nuestras anchas sobre el gran fichaje que había realizado Carolina.

-Jade, ¿qué te parece Cristian? ¿Sabes que es familia de Josué?

-No me extraña, madre mía que familia de seres inertes -contestó sorprendida por el pañuelo que es el mundo y por supuesto, Puertollano. Se quedó reflexionando profundamente sobre las especies difícilmente definibles en el ecosistema y se confirmó hacia ella mismo que especímenes como él retratan que nuestra ciudad minera sea catalogada como tierra de canis.

- Jade, cuánta manía a esa familia, habrá de todo tipo. Está mal generalizar. Además, prejuzgar no ayuda, que sea un mal rapero no quiere decir que esconda una gran simpatía. -se entrometió Luis con todo el objetivo del mundo. Desde el día que Jony demostró que había gran intencionalidad crusiana en su traje macarra, no dudaba en pararse a conocer a la persona.

-Luis, tú ves bueno a casi todo el mundo. Tu criterio no hay que tenerlo demasiado en cuenta. -respondió Jade sin titubeos. 

El propio Luis le respondió devolviéndole una sonrisa. Era consciente de que la chica había dicho una sabia verdad, y aunque su orgullo le impediría reconocerlo, pensó en mostrarse más atento a las actuaciones humanas de su entorno.

Luis aún no lo había hecho, pero Abel proseguía con la entrevista. Bueno, antes se presentó en el rol que tanto acostumbra a desempeñar, el de un atleta de mucho talento, pero frustrado por un supuesto problema de ansiedad. Carolina, reflejando una mirada cansada porque conocía la misma cantinela, resoplaba por la inminente y respuesta que iba a dar su novio y ella se sabía de memoria.

-La ansiedad es una tontería, yo soy una persona sin vergüenza y echada para adelante. Además de rapear, he sido deportista.

- Ahh si, ¿y qué deporte has hecho? -preguntó totalmente interesado en su persona.

- Pues fui campeón de atletismo en Benidorm y jugué en el Real Madrid de baloncesto -contestó sin titubeo.

- ¿En el Madrid? ¿Entonces has entrenado con Llull y Felipe Reyes? -exclamó sorprendido, pero precavido para cazar la respuesta sorprendente que olía a bulo como forma de integrarse él mismo en sociedad.

- Sí, mira, gané Cuatro campeonatos de España de atletismo de cross y entrené con los mejores. Que gracia cordobesa tiene el jodio de Felipe. -fanfarroneaba mientras dirigía su mirada a Carolina, ya que su chica se sentía extrañada ante sus respuestas. No podía ser que un chico de aquí estuviera logrando todo eso de lo que se enorgullecía yque  la prensa no se hubiera hecho eco de sus supuestas "hazañas". Abel leyó el pensamiento de su amiga y pasó a la acción.

- Pues me extraña que no haya escuchado tu nombre en los periódicos y más que aquí se practica mucho el baloncesto y el atletismo -le lanzó.

- Es que no me gusta darme a conocer de cara a la prensa. Soy humilde y no quiero que la popularidad me haga convertirme en gilipollas.

Carolina no aguantaba tanta argucia. Mira que ella siempre era experta en defender a los novios, aunque, paseara a engendros cada vez más perfectos. Sabía que sus respuestas no invitaban a la veracidad, así que ella misma intervino en la conversación después de propinarle una pedorreta en el careto como signo de negación de sus argumentos.

-Sí, es que tú eres muy humilde y nunca hablas de más. Seguro que eres tan discreto y tan gran jugador que te has tirado a alguna famosa, ¿verdad Cristian?

- Y lo he hecho, mira, te voy a contar un secreto, me tiré a Carlota de La que se avecina. 

Por segunda vez en la noche, se hizo un silencio y todas las miradas, bueno casi todas, se dirigieron hacia él. Sabía que era mentira, pero como la curiosidad mató al Jade, perdón, al gato, busqué la fecha de nacimiento de la actriz. Su nacimiento databa de 2001, por lo que aún no había llegado a los 16, edad legal para establecer relaciones sexuales con un habitante mayor de edad. Así que, le dije a la propia Jad:

-Pues no se que es peor, si fantasma o pedófilo, caguen la leche, menudo personaje. -murmuré con el mayor disimulo posible, aunque ese vocablo no aparezca en mi diccionario, ya que se me ven las ideas con facilidad.

Todos éramos consciente que teníamos un tesoro para hacer memes y bromas hasta hartarnos por sus dotes de Gengar. Bueno, hubo personas que no estuvieron al tanto de lo que acontecía y una de ellas era mi prima Ainara. 

La observamos conversando con Marina y Saúl, a quién le intercambiaba sonrisas que contenían mayor peloteo que el de Rafa Nadal en Rolang Garros. Lo más curioso era que no elemento físico que se identificara como regalo. Cómo la policía no es tonta, comenzaron los rumores y teorías.

- Joder Ainara, menudo regalo ehh. ¿Qué tu prima no es como los demás y quería retomar contacto con nosotros?, ¿verdad perrito? -preguntó Jade con su tono sarcástico que tanto le caracterizaba como queja cuando sus ojos reflejan un acto injusto.

-Jade, a lo mejor el regalo no es físico, y tiene mayor valor. Piensa que le debe una recompensa a Carlos después de haberlo rechazado en su particular triángulo telenovelesco. Así que, ha pensado en regalarle un desvirgamiento y la chica asignada es Marina que desde dejó a Abel, no ha vuelto a hacer cosas lascivo lujuriosas.

- A ver Luis, ¿tú que sabes el tiempo que lleva Marina sin hacer nada? además, Abel solo se morreaba con él. Eso sí, no me extrañaría. Tu prima es muy bruja y puede sorprendernos.-sentenció Jade.

Sorprendentemente, Cristian, en su afán de integrarse, se entrometió en la conversación. Nos pidió que dejásemos de montarnos películas, que para ello nos ponía una en su casa. Lo que parecía un chascarrido para detener nuestra vena chinchorrera, se convirtió en realidad cuando Carolina se lo tomó al pie de la letra.

-Vale, menudo frío hace y encima me duele la cabeza. ¿Qué os parece chicos?
-Bien -respondimos Luis, Jade y yo al unísono.

Daba gusto ver cómo no había jerarquías ni malos rollos en las decisiones grupales, pero Abel quiso ser la excepción que rompiera este fundamento. En su mirada se podía leer inseguridad y prejuicios hacia su persona y lejos de responder, fijó los pies en el suelo como movimiento de rebeldía ante el consenso colectivo.

En principio, me daba pena ver como nos íbamos alejando poco a poco de él. Sabía que era ver como "amigos" tóxicos en 3º ESO huían de ti delante de tus narices y no quería repetir lo mismo. Miré dos veces hacia atrás, a lo que Luis y Jade me pidieron que no lo hiciera.

 Esa oración exhortativa bastó porque sabía que ellos no son de marginar personas, simplemente había que darle una lección porque no podría ser pataleara como un niño pequeño cuando no le gustaba algo y encima, no tuviera el valor de manifestar su descontento. Estaba claro que el conficto lo teníamos a la vuelta de la esquina, pero muchas veces conviene prevenir que curar.