Real Madrid. Fin de ciclo

El fin de una época empieza cuando menos te lo esperas por pequeñas decisiones y se acaba culminando en desastres significativos para el medio en el que vivimos. El caso del Real Madrid es un buen ejemplo de ello. 
El doblete obtenido de Liga-Champions en la temporada 2016-17 parecía entrever un reinado blanco de época. Por lo tanto, se optó por fichar a jugadores promesas como Dani Ceballos, Marcos Llorente, Jesús Vallejo o Borja Mayoral. 
Resultado de imagen de real madrid ajaxEsta política de fichajes quedó catalogada como positiva puesto que la dirección deportiva estaba apostando por asegurarse la presencia de futbolistas jóvenes que explotaran su máximo talento en el Santiago Bernabéu. 
El optimismo llegó hasta límites insospechados cuando la Supercopa de España y de Europa llegaron a las vitrinas de Concha Espina y para colmo, el jovenzuelo Marco Asensio realizaba actuaciones de crack mundial para que la prensa lo catalogara como el futuro balón de oro.
Nada más lejos de la realidad, en enero de 2018 se encontraban alejados de la lucha por la liga que se disputaron sus íntimos rivales, Barça y Atlético de Madrid, el Leganés les apeó de la Copa del Rey y se aferraron a la Liga de Campeones que ganaron para maquillar la temporada.
Sin embargo, los cimientos seguían resquebrajándose cuando Zinedine Zidane, autor tres orejonas y Cristiano Ronaldo, símbolo madridista, anunciaba su marcha del club merengue. La ausencia de un goleador no se compensó con la llegada de cracks con proyección de futuros, pero consolidados en la élite, sino que mantuvieron a gente como Ramos, Modric, Kross, Bale o Benzemá que afrontan los últimos años de sus trayectorias deportivas, cargando toda la responsabilidad en novatos llenos de ilusión, pero inexpertos en grandes partidos como Vinicius o Sergio Reguilón.
Hay que ser claro, el modelo deportivo de Florentino Pérez ha caducado. Alinear muchos jugadores por decreto, tener incapacidad de suplirlos y sobre todo, alargar el ciclo hasta el desastre deportivo han sido algunos de los pecados capitales que promovió el desastre del club más laureado de la historia.
Eso sí, la temporada no ha terminado, ya que hay que luchar por entrar en la próxima edición de la Liga de Campeones. Parece sencillo, pero la Liga Santander tiene plantillas bien estructuradas que han complicado los puntos a los equipos punteros y ojo, el Getafe y Alavés, están a menos de 10 puntos de los de Solari.
¿Y después de esta temporada qué? Bueno, el proyecto deportivo debe tener un cambio radical, lo que supone buscar a un entrenador que aporte la rectitud y la personalidad de apostar por objetividad y una manera de jugar concreta, aspirantes a Balón de oro que signifiquen la bandera de un proyecto deportivo exitoso y otras promesas como Reguilón, Vinicius o Fede Valverde que vienen pisando fuerte.
Al tratarse de un cambio de estructura, el proyecto deportivo tardaría años en cuajar. El Barça de Ronaldinho tuvo que esperar un año a ganar, Guardiola sufrió una travesía por el desierto en el primer año del Manchester City y el propio Mourinho necesitó temporada y media para derrocar al mejor equipo blaugrana.
¿Qué ventajas tiene esta etapa futbolísticas? Pues sin duda, una mayor competitividad en la competición doméstica. La ausencia de pegada y fragilidad defensiva de este equipo, algo que deberán sufrir en una supuesta construcción de un nuevo proyecto, hecho que permitirá abrir más la lucha por la liga porque el gran rival, el F.C. Barcelona rinde en función de los resultados de los blancos, ya que su motivación es directamente proporcional a su competitividad y además, el segundo puesto no estaría tan definido y por ende, puede abrirse una época en la que plantillas sólidas y efectivas como las del Getafe, Alavés, Betis, Valencia y por supuesto, Atlético, tengan la oportunidad de tener un broche de oro. Cómo podréis comprobar, no hay mal que por bien no venga.