Entrevista a Silvia Nogales



Silvia Nogales Barrios nació en 1988. La enseñanza y la música han formado parte de su vida. Por ello se diplomó en Magisterio en 2009 obteniendo el premio extraordinario de fin de carrera y ha estudiado en los conservatorios de Puertollano, Ciudad Real, Córdoba, en el Liceu y en el ESMUC de Barcelona con una beca de la AIE (asociación de intérpretes de España). 
Resultado de imagen de entrevista a silvia nogalesEstos estudios le han permitido formar parte de espectáculos como el de “Don Quijote, entre la voz y el deseo” y “las seis doncellas de Juan Ramón Jiménez” con la actriz Esther Acevedo, ha conocido a guitarristas como Joaquín Clerch, Ricardo Gallén o Leo Brouwer y actuar en las principales ciudades de España.
Además, la música no le impedido dejar la docencia, ya que ha sido maestra en Ciudad Real, Badajoz y Barcelona y sigue vinculada a la UCLM, concretamente con el doctor Juanjo Pastor.
Sin duda, es una de las personas más importantes para la cultura puertollanense y yo he tenido la suerte de hacerle la siguiente entrevista:
¿Dónde empezó tu pasión por la música?, ¿Quién fue la primera persona que vio tus dotes musicales?
Bueno, mi pasión por la música empezó en Puertollano desde muy pequeña. Cada vez que subía a mi casa, veía una tienda musical “Carrión”. Cada vez que pasaba por allí, les pedía una guitarra. Me la regalaron a los seis años y al principio era autodidacta.
Empecé tarde en el conservatorio, al principio me ponía vídeos de guitarristas que salían en la televisión, ya que antes había más espacios musicales. Recuerdo que mi hermana ponía a Nirvana y lo imitaba. También me grabé pieza “Asturias” de Isaac Albeniz y la fui sacando de oído. Después estuve en el coro de la iglesia de la Asunción.
Las primeras personas que vieron mis dotes musicales fueron mis padres y sobre todo mi hermana. Me vieron imitando la pieza de Albeniz, se sorprendieron con mi interpretación y me apuntaron al conservatorio a los 14 años, pero no empecé de 0 porque ya había hecho cosas como autodidacta.
Por ello, estudiaste en los conservatorios de Puertollano, Ciudad Real y Córdoba, ¿Qué aportaron cada uno de ellos a tu formación? A la hora de elegir un instrumento, ¿por qué te decantaste por la guitarra?
Cuando empecé en Puertollano, me encontré con un profesor muy bueno, su nombre es Manuel Muñoz, es un guitarrista muy bueno, vive aquí y da conciertos por toda Europa. Intentó que no lo dejase y las principales nociones de la guitarra las tengo gracias a él. Seguí con él en Ciudad Real cuando estudiaba Magisterio, por lo que los años de conservatorio profesional los hice con él. En Córdoba, sentí la exigencia de los niveles superiores de música, tengo la percepción de que tienes que ser fuerte psicológicamente. En verdad, la exigencia la noté desde el minuto uno porque es muy difícil compaginar los estudios con el conservatorio. Llegas a las 22:30 de la noche y tienes que ponerte a estudiar. Si no te gusta y no tienes fuerza de voluntad, es fácil dejarlo.
Estudiaste Magisterio, te decantaste por la rama de Educación Musical y obtuviste e premio fin de carrera. ¿Podrías explicar a tus lectores en que se basó tu trabajo de fin de grado y que podría aportar al alumnado? ¿Cuáles fueron tus mayores dificultades para obtener la matrícula?
Antes hacíamos una memoria de prácticas y la enfoqué por el ámbito de la psicopedagogía. Estuve trabajando estrechamente con el psicólogo del centro, Jesús Jarque.
Considero que la materia más difícil fue Sociología de la educación. El profesor tenía fama de duro, concretamente a la hora de calificar. Creo que el contenido no era tan difícil.
En tus investigaciones con Juan José Pastor, optaste por saber más sobre Juan Ramón Jiménez, autor que fue protagonista en el espectáculo que organizaste con Esther Acevedo. ¿Qué te motivó a enfocar tu trayectoria musical y de investigación en este autor modernista?
“Veía que habían hecho muchas investigaciones sobre Lorca, pero casi nadie había investigado sobre Juan Ramón Jiménez. Tiene una obra estupenda y además, era un melómano. Tenía amigos que estaban involucrados en el mundo musical, por ejemplo el compositor Manuel de Falla”.
“El compositor Mario Castelnouvo Tedesco, hizo una obra en cuatro volúmenes para narrador y guitarra musicalizando parte de “Platero y yo”. Poca gente había trabajado sobre este autor, por ello, decidí buscar obras que tuvieran vinculación con Juan Ramón Jiménez”.
En 2015 creaste el espectáculo Don Quijote: entre la voz y el deseo, para que el público pudiera conocer la relación entre la música y Cervantes gracias a tus composiciones y a la interpretación de fragmentos por parte de Esther Acevedo. ¿Qué aspectos de la obra pudo conocer el público y que elementos tuvisteis en cuenta para elegir los fragmentos recitados por Esther?
“Pusimos música de la época y clásica actual, por ejemplo, Escarramán de Mario Castelnouvo Tedesco. Buscamos obras actuales inspiradas en Don Quijote y obras de la época cervantina. Por último, cogimos textos que tenían vinculaciones musicales. Tuvimos la ayuda de Juan José Pastor, ya que es un experto en Miguel de Cervantes.
Has sido jurado de concursos juveniles y docentes musicales. ¿Qué opinas sobre el talento musical de nuestra ciudad y que necesitamos para tener artistas importantes a nivel nacional?
“Creo que hay mucho talento musical en Puertollano, por ejemplo, el violinista Adrián Fernández, el violista Carlos Vizcaíno o el guitarrista Manuel Muñoz. Tengo a amigos que desarrollan su carrera musical lejos de nuestra ciudad. Hay una gran cantera en las dos  bandas municipales y en el conservatorio”.
“Pienso que Puertollano ha sido uno de los municipios castellano manchegos con más arraigo musical. El problema es que no teníamos un conservatorio de grado superior hasta hace dos años”.
“Considero que tenemos artistas a nivel nacional, pero no se conocen. Este desconocimiento se debe a que muchos nos tengamos que ir a estudiar fuera y no podamos darnos a conocer en la región”.
“Con respecto a la música, hay un problema importante a nivel nacional, es muy difícil, por no decir imposible, ser concertista en España quizás faltan más Ciclos o Festivales de música clásica y los grandes auditorios están ocupados por las figuras más importantes”.
“Nuestro caché es inferior al de la media europea. El amor a la música y la cultura es algo que se tiene que conseguir desde el colegio porque si no se enseña a amar la cultura,  quitando peso a asignaturas artísticas, la gente no va a valorar algo que no conocer”.
Has participado en importantes festivales como el Internacional de Piantón en Huesca, el Cinco Enclaves de Huesca o el Miguel Llobet de Barcelona, entre muchos otros. De todos ellos, ¿cuáles son en los que más has disfrutado y por qué?
“Es difícil saberlo, porque cada uno tiene una cosa distinta y he hecho repertorios diferentes, pero en el auditorio de Puertollano ha sido el lugar donde más he disfrutado tocando porque es impresionante a nivel acústico y sentí el calor del público, sobretodo de familiares y amigos”.
Tus habilidades musicales han podido ser mejoradas con guitarristas célebres como Ricardo Gallén, Leo Brouwer y muchos otros, ¿en qué has podido perfeccionar con ellos?
“Los que has mencionado son concertistas a nivel mundial y me han dado cursos de perfeccionamiento. Ricardo Gallén fue una gran influencia técnica, aprendí trucos para no lesionarme, ya que pude conocerme mejor a nivel corporal y de este modo, superar problemas de tensión muscular”.
Leo Brouwer influyó en mí a la hora de entender el arte y a nivel de composición, su música me gusta mucho”.
“De mis ultimos profesores como son Javier Riba, Laura Young y Guillem Pérez-Quer. Este último, mi maestro en el Liceu, es quien más me ha influido. Viene de la escuela guitarristica de Miguel Llobet y lo destaco por su gran sensibilidad”.
Voy a finalizar con una pregunta sobre educación, eres maestra por la mención de música, una rama que no suele ser escogida por el alumnado, ¿qué es necesario para aumentar la ratio de alumnos en música?
“Cuando estudiaba, entraba mucha gente que estudiaba en el conservatorio y había gente que se apuntaba gustándole la música y se estancaba, por ejemplo, antes había asignaturas de armonía, por lo que tenían que alcanzar un gran nivel en poco tiempo”.
“Creo que hay desconocimiento sobre la mención, creo que la gente ve la mención como una rama para músicos y les da miedo. Creo que hay que vender la mención apta para ser maestro de música, y no para ser músicos.”