Capítulo 47: "Disfruta el momento"

Mientras nos hacían reflexionar sobre por qué estaban enfadados, la camarera me dijo que algunos no había pagado, una de ellas era Jade porque fue a cotillear y se olvidó completamente de abonar el precio de lo consumido.
Fui rápidamente a avisarle, a lo que me respondió: "ya voy hermoso, pero podrías haber pagado". En ese momento, Javier se acercó y me dijo: "vamos nosotros pa alante que te quiero contar una cosa, es aluciante".
Yo le dije: "no me sorprende, seguro que se han enfadado porque estábamos de risas, y no es para menos, menudo cachondeo teníamos mientras Abel celebraba los triples de Gasol".
Javier me dijo: "tío, que no es por eso, ¿has visto el corte de pelo de Carlos?
Yo respondí: "sí, le queda fatal, tiene los lados muy cortos y la cresta que tiene para el peinado de la caca de Whatsapp".
- "Pues Armando y yo nos reíamos por el peinado y no les ha hecho ninguna gracia".
. Yo dije: "ahh vale, pensaba que sería por algo más gordo, no hay que preocuparse. Menudas risas hemos pasado. Oye la semana que viene no voy a salir porque me voy a la Warner con los suegros, pero en la siguiente hay feria, y ese sábado hay que aprovecharlo para cenar allí e irnos a las casetas". 
Javier aceptó y se fue con Armando y compañía a apostar a "Codere" y yo me fui a recoger a Jade y a seguir viendo el partido. Llegué a casa cuando ya iban por el último cuarto y la paliza era monumental, así que opté por apagar la tele y hablar con Miriam por Whatsapp.
Estaba acumulando una racha de tres semanas sin salir, ya que el fin de semana fue a la capital  a ver a su hermano que estaba de cocinero en el "Hostal Central Palace de Madrid" y a la siguiente se murió su abuelo, por lo que me pidió tiempo para que se le quitara la pena.
Por un lado, Carolina decía que eso no era normal porque ella salió el día después de morirse su abuelo materno que fue atropellado cerca del Hotel Cabañas. Jade defendió a Miriam, alegando que cada uno supera la muerte de un ser querido a su manera.
Hablaba poco con ella, las conversaciones eran bastante cortas y a diario, empezaba con un "Buenas" por mi parte, seguía con "Hola" por su parte, yo le preguntaba "¿que tal?", ella decía, "bueno, tirando" y tú, yo le decía que bien, le hablaba sobre mi nueva entrada en el blog, anteriormente escribía sobre chistes horribles o historias relacionadas con las heces.
Hablar de deportes era un buen recurso para tener una conversación productiva con ella, pero no le hablé de las Olimpiadas porque ya estaba Abel para ponerle la cabeza como un bombo. Estuvo una semana soltándole lo siguiente: "la selección española de fútbol es una vergüenza, la de baloncesto se merece mucho más respeto".
Miriam siempre respondía lo mismo: "Abel, siempre igual tío. La de fútbol y la de básket tienen los mismos mundiales y los mismos europeos, todos los equipos tienen una mala época. ¿No recuerdas cuando Francia nos humilló en el último Mundobásket o mira que mal han empezado las Olimpiadas? Estoy seguro que si la selección de fútbol llega a perder los dos primeros partidos de la Fase de Clasificación, montas un pollo".
Abel lo leyó, estuvo unos minutos en línea sin responder para pensar que decir. Miriam veía "Escribiendo" en su Whatsapp, por lo que esperaba un buen testamento, pero solamente puso un icono para mandarla callar con el dedo índice y añadió un comentario típico cuando queda retratado: "no es lo mismo".
Por tanto, optó por ignorarlo y de paso, me dijo que a ella que se planteó ir a la quedada en la que fuimos al "Bomba", pero pensó que se aburriría y se sentiría incómoda porque porque hubiera soportado los cuchicheos de Ainara, que solo pensaran en cazar Pokémon y para colmo, hubiera tenido el eterno debate futbolístico con Abel.
Sin embargo, quería quedar conmigo porque había sido la primera persona que me había preocupado por ella en mucho tiempo, Jade también estaba pendiente, pero menos y además, estaba agradecida con ella porque no era la típica novia celosa que no permitía que su chico tuviera amigas.
Así que, cuando se aproximaba la quedada, preguntó si salíamos, pero dije que no porque iba a ir a la Warner con la familia de mi chica. Por tanto, Miriam se negó a salir y fue con la verdad por delante, ya que dijo: "Lo siento, pero no voy a salir sin Sergio y sin Jade, me voy a sentir insegura sin ellos, ya nos veremos".
Después de haber ido a la Warner, la Feria de Septiembre llamaba a las puertas. Jade optó por ir con su familia, insistí bastante en que fuera con nosotros. Sinceramente, las quedadas no son iguales sin ella, ya sea haciéndome reír, mandándome callar para que no sea pesado con el fútbol o hablando de un tema cotidiano, ya sea sobre el nuevo curso universitario que estaba a punto de empezar o criticando lo que tardaban los principales líderes políticos en formar gobierno.
Sin embargo, estaría acompañado por Carolina y Abel, pero no era seguro que Miriam viniera, ya siempre confirma su presencia o su ausencia.  Había quedado a las 20:00 para recoger a Carolina y a Abel, así que me fui a la ducha 45 minutos antes de estar en el sitio acordado. Mientras estaba sintonizando Cadena Dial para cantar en la ducha, sonó mi móvil.
Tenía la pequeña esperanza de que fuera Jade diciendo que cambiaba de opinión a última hora, pero no fue ella. Aún así, el mensaje que recibí y la persona que lo mandó me dejaron satisfecho. Miriam me respondió, dijo: "vale, iré, nos vemos a las 8 en "Los Leones".
Llegué a las 20:00, pero ella llegó antes, por lo que demostró que no ha perdido su exceso de puntualidad. Fuimos a por Carolina y a por Abel y luego nos encontramos con los demás (Ainara, Javier y Armando) a la hora de siempre y en el sitio que siempre quedamos, es decir, a las 20:30 en la plaza del Doctor Fleming.
Como siempre, cada uno fue por su lado. Ainara y Carolina estaban de risas mientras Armando se metía en la conversación como podía. Hoy era una oportunidad para ganar puntos después de haber estado una semana y media sin quedar con ella, ya que se iba con Carlos y con Saúl. La carrera por ganarse su corazón llegaba a su fin, así que tenía que demostrar sus aptitudes para que fuera el elegido.
Carol y Ainara estaban de risitas, Abel se quería meter, pero Carolina no quería hablar con él después de haber estado haciéndole de rabiar y de haberse reído cuando se cayó de culo en la plaza de los Salesianos mientras chateaba, así que le dijo: "bonito, no te metas en conversaciones ajenas y tira con  Miriam".
Ainara estaba delante y reaccionó de esta manera : "¿en serio?, ¿te gusta, yo no digo nada, pero te la tienes que ganar porque te la pueden quitar, ¿quieres que te ayude?". Abel no se fiaba de las intervenciones de mi prima, así que le respondió: "No hace falta gracias".
Miriam se sentía incómoda porque solo escuchaba risas de Ainara, mientras que Armando y Javier les seguían todas las gracias. Estaba muy seria, solamente hablaba conmigo, a solas y a unos cuantos metros del grupo. Su frustración era enorme porque siempre había sido apartada en todos los sitios que había estado, desde sus años de primaria en la Escuela de "Las Monjas", su etapa de Secundaria en el Fray y ahora ve que su posible grupo de amigos le hace el vacío. Sentía que
Sin embargo, estábamos en grupo y justamente cuando paramos a cenar, nos tocó estar con todos. A estas alturas de la noche, Miriam estaba relajada y soltó una carcajada porque le conté las historias de mierda que contaban en el programa "Ponte a prueba" de Europa FM. No todo a el mundo le gustaba la complicidad que estábamos teniendo en la cena, unos me miraban como si fueran un búho y mi prima, que acababa de darle las patatas a Armando, dejó vacío el palillo y lejos de depositarlo en la papelera, lo lanzó en dirección hacia el ojo de Miriam. Ella estuvo atenta y lo pudo esquivar y mis ojos estuvieron a punto de sufrir su punta afilada porque pasó a centímetros de mis pupilas.