Nuevo fracaso estrepitoso de Ferrari como metáfora de la
temporada que está experimentando Ferrari y por supuesto, uno de sus pilotos,
Sebastian Vettel.
La victoria del piloto germano en el pasado Gran Premio de
Singapur hacían entrever un posible renacimiento competitivo. Las sospechas
cogieron mayor peso cuando superó a su compañero Leclerc al apagarse los
semáforos.
Sin embargo, su vuelta ha tenido lugar con todas las
consecuencias. ¿Recordáis el Multi 21 como señal de su desobediencia al equipo
Red Bull cuando le exigieron dejar pasar a Webber? Pues hoy ha vuelto a
ocurrir cuando el equipo le exigió dejarle paso a su compañero Leclerc e ignoró
todas las órdenes.
Encima que has demostrado que "te la trae al
pairo" las instrucciones de un equipo, tienes la poca vergüenza de negar tu
error. Sin embargo, lo más esperpéntico de esta situación es que no existe una
dirección técnica que imponga mano dura. Seamos claros, la actitud chulesca de
Vettel no ha sido ni será la última que ocurra sobre la pista. ¿Cómo olvidar
cuando Verstappen ignoraba a Toro Rosso al exigirles que dejara paso a Carlos
Sainz?
Este hecho provocó que el monegasco realizara otra
estrategia. Dicho undercut le situó detrás de los Mercedes y para colmo, el
MGU-K acabó con la carrera de Vettel. No solamente hemos presenciado como la
rebeldía de un piloto ha acabado con una victoria más que asegurada de un
equipo necesitado de resultados, sino de una enorme falta de profesionalidad
tremenda.
Encima que has demostrado que "te la trae al
pairo" las instrucciones de un equipo, tienes la poca vergüenza de negar
tu error. Sin embargo, lo más esperpéntico de esta situación es que no existe
una dirección técnica que imponga mano dura. Seamos claros, la actitud chulesca
de Vettel no ha sido ni será la última que ocurra sobre la pista. ¿Cómo olvidar
cuando Verstappen ignoraba a Toro Rosso al exigirles que dejara paso a Carlos
Sainz?
Lo más grotesco de todo es que a pilotos como Barrichello o
Massa que aceptan órdenes se les achaca como débiles. Vamos a ver, un equipo lo
componen miles de personas en las que cada uno realiza su función a las mil
maravillas y tu deber como piloto, es obedecer a tu superior.
¿Imagináis a un minero que desobedezca a su ingeniero de
minas? Si ocurriera, le caería una sanción en la que peligrara su puesto
de trabajo. Ojo, es lo justo y como fin ético, a pilotos "jetas" se
les debe aplicar un castigo ejemplar. ¿Qué ocurre, como son estrellas se
les debe perdonar todo?
En conclusión, no solamente han dejado en entredicho su
profesionalidad. Son personajes públicos y como tal condición, se deben a un
escenario que le cataloga como ídolo. De este modo, el niño que en un futuro
tenga el deseo de emular a Lewis Hamilton, comprenderá que un buen piloto debe
dar ejemplo dentro y fuera de la pista.