Análisis de la película: no estás sola, Sara

He subido frecuentemente entradas sobre la violencia de género, por ejemplo, el vídeo con música de Amaral, la crítica al youtuber Álvaro Reyes o al blog dominación machista. Por ello, como llevaba tiempo sin escribir sobre la violencia de género y considero que el análisis  de películas ayudan a explicar la temática sobre la que queramos escribir, decidí buscar una película sobre la violencia y a poder ser, española.
En youtube, encontré la película de habla hispana llamada "No estás sola, Sara" (2009) que trata sobre la violencia física y psicológica que sufre la mujer mediante la historia de la protagonista Sara (interpretada por Amaia Salamanca) con su ex novio Javier.
Al principio de la película, Sara está en su último día en el centro de mujeres maltratadas tras haber estado allí tres años, por ello, la coordinadora del grupo le pide que cuente su experiencia con la persona que le maltrató.
Sara contó que antes de salir con el maltratador, salía con un chico llamado David que pasaba de ella porque ellos no tenían casi nada en común. tan solo que a ambos les encantaba salir. Después de que Sara rompiera con él, su vida era tal y como le gustaba porque salía con sus amigas, estaba genial con su familia y empezó a relacionarse con un chico llamado Javier que es mecánico, amigo de David y aparentemente tímido.
Sin embargo, quedó demostrado que las apariencias engañan porque lo que parecía una historia amorosa perfecta entre ellos, poco a poco empezó a convertirse en un nuevo caso de violencia de género y siguiendo todo su procedimiento porque se inició con la violación de los derechos de intimidad por parte de Javier porque le leía los mensajes, no le dejaba salir con sus amigas y no le dejaba llevar mini falda. Estos actos previos a la violencia absoluta se llevaron a cabo con éxito porque Sara no paró ese absolutismo del muchacho.
Por tanto, con el paso del tiempo, esta situación desagradable se convirtió en deplorable porque Javier llegó a violarla en su propia casa delante de su madre, le agredió físicamente, llegando  a meterle el dedo en la vagina para saber si había mantenido alguna relación sexual. Además, había amenazas de  por mensaje de móvil y eternas esperas en la habitación de Sara poniendo la música del coche a toda pastilla.
Ya al final de la película en la que se cuenta la experiencia de  Sara, decidió denunciar los malos tratos y confesó que la denuncia no la hizo antes porque sentía miedo y verguenza por los deleznables tratos que estaba sufriendo.
Tras el juicio, Javier no fue encarcelado porque no se pudo demostrar las agresiones físicas que sufrió Sara, ya que ésta no denunció antes. Sin embargo, si se pudieron demostrar las amenazas mostradas mediante el móvil, por lo que Javier tuvo que pagar una indemnización que finalmente no pagó y no fue a la cárcel porque no había cometido ningún delito con anterioridad.
Este hecho demuestra que la justicia española es putrefacta porque en gran parte de los casos, los maltratadores se salen con la suya (véase Miguel Carcaño que está en la cárcel con tele de plasma y piscina), pero si no se denuncia a tiempo, las secuelas de la violencia física y las acusaciones de Sara no quedan demostradas.
Desde mi opinión, la película careció de efectos especiales y más bien se trató de un largometraje, pero me pareció muy educativa para enseñar como es realmente la violencia de género y como hay que actuar ante ella.
Espero que os haya gustado esta entrada, un saludo.

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