El pobre juego de los aspirantes al título invita a un
ejercicio de reflexión sobre el equilibrio de la igualdad y la competitividad.
Llega lunes y el fin de la resaca ligera. Es el momento de
reflexionar sobre lo que nos ha deparado la jornada ligera. Hemos visto como un
Barca se ha aferrado a la ley del mínimo esfuerzo como forma de vencer. ¿Dónde
queda aquel equipo que afrontaba cada minuto como si fuera una final?
Además, para colmo de los males, Piqué exige que las
críticas desaparezcan porque «les van a hacer daño». En mi humilde opinión, se
están comportando como un adolescente que desecha toda reprimenda correctora. Ante tal esperpéntico Barça, los
contendientes de la capital, Real Madrid y Atlético de Madrid, se encuentran
ante una ocasión de oro para dominar el torneo regular con mano de hierro.
Nada más lejos de la realidad, el Wanda Metropolitano
convirtió el derbi en una siesta de jardín de infancia ante el 0-0 final. Los
de Zidane y Simeone mostraron un juego cobarde y mediocre. Es cierto que los
blancos brillaron en la mediocridad, pero los ojos de los aficionados dejaron
de brillar para dar paso al soponcio y al aburrimiento.
Al final, todo equipo debe ser consciente de que la victoria
se basa en que el espectáculo siga creciendo hasta límites insospechados. Es
cierto que tanto Real Madrid como Atlético de Madrid no practican la doctrina
cruyffista.
Los merengues han plantado cara al Barcelona siguiendo la
intensidad y el carácter arrollador de Mourinho. Por otra parte, los
colchoneros han roto el bipartidismo esforzándose el triple de sus
contrincantes como consecuencias de su inferioridad de condiciones.
Ni siquiera los de Simeone sacan toda su garra. Gozan de un
presupuesto que les permite sacar jugadores de talla mundial. Sin embargo, el
aplauso les está debilitando y no extraen el máximo de sus cualidades. El
técnico es alabado y se han producido cambios, al igual que en el conjunto
blanco, aunque en este se pueden mostrar discrepancias sobre los mismos.
Imagen: Atlético de Madrid-Real Madrid. Imagen vía: Twitter
oficial del Real Madrid
Podemos presenciar que la bajada de nivel de los gallos
ocurren en la misma dirección. Sin embargo, es cierto que la bajada de
rendimiento de algunos de los rivales provoca en caída la de los demás.
Mientras tanto, si tiramos de memoria, rememoraremos cómo el Real Madrid dio el
máximo cuando el Barça de Guardiola llegó a la excelencia futbolística y por
supuesto, no debemos olvidar el salto de calidad rojiblanco ante el gran nivel
de los grandes rivales.
Este hecho ha propiciado la puesta en escena del Sevilla
como nuevo invitado al título gracias al excelente fútbol ofensivo de los
chicos de Lopetegui. Alegra que haya más de tres candidatos al triunfo final
como en la mítica Liga 1999/2000, pero preocupa que al igual que aquella
edición, la emoción no equivalga a competitividad. En definitivas cuentas, hace
falta que alguno de los aspirantes arrase para que la oposición se ponga las
pilas. Hablamos de rivales que se necesitan.
Publicado el 2/10/2019 en: https://vipdeportivo.es/los-gallos-necesitan-batalla/
Publicado el 2/10/2019 en: https://vipdeportivo.es/los-gallos-necesitan-batalla/