Las zapatillas de Jesús García Bragado siguen rompiendo moldes


El atleta madrileño certificó su clasificación para los Juegos Olímpicos de Tokio gracias a una sensacional prueba de 50 km marcha, nomenclatura idéntica a su carnet de identidad

Las estadísticas están para romperlas y más en unos Juegos Olímpicos cuya esencia responde a un instinto básico de superación. Todos nos sentimos asombrados cuando Almudena Cid estiró su carrera deportiva de gimnasia rítmica hasta los 28 años cuando las reglas estándar dictaban una retirada en el final de la adolescencia.

La impronta de Almudena ha calado plenamente en atletas gloriosos para nuestro deporte. El mundo de los runners se ha incrementado considerablemente. Este hecho ha provocado que corredoras de trail como Gemma Arenas o Nuria Picas comiencen su periplo deportivo en plena treintena y que saboreen la gloria internacional a sus 40 años.

Sin embargo, como Nuria y Gemma no tienen la oportunidad de competir en los Juegos Olímpicos, no gozan del impacto mediático que merecen. Existen otros deportistas como excelente ejemplo de longevidad directamente proporcional a carácter competitivo.

 
Imagen: Jesús Ángel García Bragado. Imagen vía: Twitter

El mayor valedor de este grupo es Jesús García Bragado. Es cierto que su marca de 4 horas y 11 minutos en la cita catarí es la peor de su carrera. ¿Qué le vamos a echar en cara a un hombre que ha cumplido sus bodas de plata en el deporte de élite? Además, compagina su labor atlética con sus labores de podólogo o de político.

Sin duda, todo parece una hazaña, pero nos encontramos ante un modo de vida que debe ser catalogado como normal. Si eres deportista vocacional y tus hábitos de entrenamientos, de horas laborales, tiempo de descanso y métodos alimenticios no se ven alterados cuando llegas a tu madurez, puedes continuar en el mundo de la competición.

Cabe recordar que existen muchos corredores veteranos que ofrecen unos tiempos competitivos en miles de las carreras populares de nuestro país. Por lo tanto, la hazaña de Bragado no debería extrañar. Pero claro, los medios tenemos el deber de fomentar en mayor medida el deporte popular. No nos encontramos ante unos pachangeros, sino de unos atletas autodidactas con vocación profesional.