Rafa Nadal, uno más en la horda de deportistas vocacionales

El triunfo del mallorquín en el US Open retrata la pasión que atesoran muchos deportistas que siguen dando un gran nivel a pesar de los años.

48 horas después del increíble triunfo de Rafa Nadal en pista norteamericana, toca ordenar las ideas en forma de artículo periodístico como ejercicio de reflexión. Sin duda, nadie va a descubrir al español tras casi dos décadas en el circuito de tenis profesional, pero si es necesario analizar a deportistas de su raza.

Rafa tuvo que lidiar con sus enésimos problemas físicos, concretamente en la rodilla y en la muñeca. Este hecho genero un sentimiento de ansiedad que frustró sus resultados durante 2015 y 2016. Sorprendentemente, resurgió de sus cenizas en 2017. Fue subcampeón del Open de Australia y volvió a reinar en Rolang Garros y en el US Open. Ha vuelto a obtener los mismos trofeos durante este 2019, y muy a pesar de sumar su 15º año en el tenis profesional.

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Rafa Nadal. Imagen vía: Twitter oficial de Rafa Nadal.

Además, el español no es el único capaz de realizar tales hazañas. Uno de sus rivales más íntimos, un Roger Federer que se acerca a la década de los 40, no ha perdido ningún ápice de su competitividad. De este modo, podemos definir a ambos como unos auténticos deportistas vocacionales. 

¿Por qué merecen dicho adjetivo calificativo? Deportes como el fútbol, baloncesto, tenis y ciclismo durante los últimos años están aportando una rentabilidad económica envidiable. Por lo tanto, muchos deportistas emplean una media de 11-12 años de carrera profesional para ganar los suficientes millones que le permitan vivir de las rentas que le otorgan su patrimonio exacto. Rosberg y Stoner apenas llegaron a la década como pilotos profesionales y ocurrió 3/4 de lo mismo con Álvaro Arbeloa.

Sin embargo, existe una raza de deportistas que mantienen la motivación intacta a pesar de gozar de un estómago lleno de billetes y de títulos. Por lo tanto, viendo que siguen dando el máximo como si fueran jóvenes con ansias de éxito, se les puede definir como deportistas vocacionales. Dan el máximo como deseo de disfrutar compitiendo en su disciplina deportiva favorita.

No solamente encontramos a gente como Rossi, Loeb, Carlos Sainz, Dani Alves o Rafa Nadal que quieren seguir incrementando su palmarés mientras disfrutan el placer de practicar su deporte. También podemos presenciar a otros que no han sido iconos de su disciplina, pero que simplemente estiran al máximo sus trayectorias.

¿Quién no ha admirado a Jesús Ángel García Bragado que continúa dándolo todo en campeonatos nacionales de marcha habiendo llegado a la treintena? Es cierto que los atletas suelen dar su máximo adentrándose en la treintena, pero no hace falta centrarse únicamente en el atletismo.

José Javier Hombrados continúa jugando en el Quabit Guadalajara como portero de balonmano a sus 47 años. Además, ha habido futbolistas que jugaron hasta las 40 primaveras como Valerón y Manuel Pablo, y muy a pesar del deterioro físico que sufrieron durante las lesiones. Estos últimos mencionados no han sido catalogados como cracks mundiales. Aún así, no se han negado a vestirse de corto durante una gran cantidad de años.

Ojo, este hecho no quiere indicar que abandonar la competición a una edad temprana suponga que la vocación brille por su ausencia. Volviendo a los casos de Casey y Robserg siguen colaborando como pilotos de pruebas o desarrollando facetas periodísticas.  De este modo, han demostrado que se niegan a desengancharse de la competición que les ha dado tantas glorias.

Simplemente, no quieren poner su salud en juego durante tanto tiempo y buscan disfrutar de su pasión desde otro enfoque. Por lo tanto, uno está seguro que Nadal seguirá gozando del tenis cuando decida dejar de exprimir al máximo su cuerpo que tantas lesiones ha sufrido.