Fernando Savater vuelve al panorama literario


Una de las voces intelectuales más autorizadas de nuestro país ha retornado su actividad literaria cuatro años después de su retiro voluntario desencadenado por la muerte de su esposa, Sara Torres.

"Nunca digas nunca". Esa frase debe ser aplicada a toda persona que decide apartar la mayor de sus pasiones. Una prueba de este argumento es la nueva publicación del libro de Fernando Savater, llamado La peor parte, después de haber anunciado cuatro años antes que ponía punto final a su trayectoria literaria.

Su nuevo trabajo, publicado por la editorial Ariel, plasma la vida y su visita a toda la gama cromática de colores, alegrías, decepciones, humor, tensión, incertidumbre o esperanza, en función de los 35 años vividos con su difunta esposa, Sara Torres. 

Lo finalizó el pasado mes de febrero y el propio Fernando añadió que no solamente intentó homenajear a su esposa en vida, sino que pretendía afrontar este reto como un ejercicio de enfrentamiento ante el dolor de una pérdida humana.


De este modo, todo lector goza de la oportunidad de poseer un manual idóneo cargado de pedagogía dirigido a la supervivencia personal cuando el destino nos arrebata de nuestras entrañas a algunos de nuestros seres más preciados.

Su magisterio ha sido posible debido a la lucidez que ha mantenido. Sin embargo, no ha dudado en relucir para enfocar sus emociones en forma de divulgación. Resulta contradictorio que su pluma derroche melancolía cuando su intelectualidad siempre deslumbraba luces en pos de una mejor vida.
Pero claro, las circunstancias suelen elegir por nosotros. Por lo tanto, podemos considerar que este varapalo de nula superación total puede suponer un crecimiento literario para su carrera.

Si recupera una cuarta parte de su vitalidad en su oficio, podemos encontrarnos ante un nuevo paradigma en su trama ensayística: asentarse en la amargura dándole cabida a la navegación hacia la paz, es decir, las circunstancias no las elegimos, pero sí podemos enfocarlas según nuestra mentalidad.

Imagen principal: Samuel Sánchez