El Gran Premio de Canadá es una de las citas más deseadas por
todos los miembros de la parrilla, ya que pilotos como Vettel o Hüllkenberg se
muestran entusiasmados por la simpatía del público permite crear un ambiente de
Fórmula 1 sano y por las características de la pista.
Sin duda, sus largas rectas y fuertes frenadas junto a
complejas horquillas y chicanes en las que puedes atacar los pianos si quieres
arañar unas décimas son alicientes suficientes para que el piloto no pierda la
concentración en las 78 vueltas que dura la prueba canadiense.
Una de las chicanes más características del circuito es la
que precede al famoso Muro de los Campeones, nomenclatura
que ya cumple los 20 años de edad a consecuencia de lo acontecido en el Gran
Premio de Canadá de 1999.
¿Qué ocurrió en aquella
edición?
Hace 20 años, el calendario era mucho más corto y solamente
puntuaban pilotos que se clasificaban entre el primero hasta el sexto lugar,
por lo tanto, abandonar en carreras controvertidas como suele ser la cita
canadiense podía pesar como una losa si querías ser campeón a final de
temporada, y más en 1999, temporada en la que solamente llegaban a meta una
media de 10-11 coches.
Por lo tanto, era importante mantener no despistarse en
ningún momento. Pero claro, del dicho al hecho hay un trecho y la fatídica
última curva se saldó con tres accidentes y no de pilotos novatos, sino de
genios consolidados como campeones del mundo y no fueron ni más ni menos que
Michael Schumacher, Jacques Villeneuve y Damon Hill.
La primera víctima fue el británico Damon Hill, concretamente
en la vuelta 14, ya que entró colado y estampó su Jordan en el famoso muro. 15
vueltas más tarde, y de manera muy similar, la escapada de Michael Schumacher
en cabeza sobre Hakkinen tocó a su fin cuando fue incapaz de evitar el choque
de su Ferrari contra el muro después de no haber cogido la tracción suficiente
para encarar la recta de meta.
Si el incidente del germano había causado revuelo porque
Ferrari había perdido una gran oportunidad para poner puntos de distancia en el
Mundial, el afición canadiense se quedó enmudecida cuando Jacques Villeneuve
perdió la oportunidad de puntuar en casa cuando se perdió el control de su Bar
y se fue recto contra el fatídico muro.
A partir de ese momento, esa casualidad permitió que aquella
chicane se bautizara como El Muro de los Campeones y su nombre
le queda como anillo al dedo porque Button y Vettel han probado el sabor amargo
de cometer errores pocos característicos de un campeón del mundo al espantarse
contra el famoso miro en unos entrenamientos Libres.
Además, no haber saboreado la gloria de campeón del mundo no
te excluye de errar en la famosa última chicane de entrada a meta, y más si
eres joven y estás buscando constantemente el límite de tus prestaciones. Una
prueba de ello es que Carlos Sainz se vio forzado a remontar desde la 15º
posición por haber estrellado su Toro Rosso en 2016 en el mismo lugar que
Villeneuve hizo lo propio décadas atrás.
Sin duda, aquella curva es mortal y puede valer un Campeonato
del Mundo o un golpe de moral para aquel piloto esté sediento de victoria.
¿Imagináis que Hamilton es fiel a la maldición del campeón estrellando su
Mercedes, lo que causaría una gran inyección de moral? O más interesante aún,
¿visualizáis un choque de Vettel contra el mítico muro, hecho que colmaría la
paciencia en Ferrari?
Sin embargo, estas preguntas forman parte de las hipótesis de
un humilde aficionado. Sus respectivas respuestas las podréis saber dentro de
unos días en la fabulosa ciudad de Montreal.