El mundial de Motociclismo viaja a tierras españolas para disputar la séptima prueba del campeonato en el Gran Premio de Cataluña. La prueba tendrá lugar en el circuito de Barcelona-Cataluña. Esta pista ha sido testigo de momentos históricos del campeonato. Destacan la caída múltiple de 1998 que rompió en mil pedazos los sueños mundialistas de Crivillé o la de 2006 que marcó el principio del fin de Sete Gibernau en Moto GP a consecuencia de una fractura de clavícula. Además, también hubo duelos trepidantes que protagonizó Rossi con el propio Sete, Stoner y Lorenzo.
Su batalla con Jorge tuvo lugar hace exactamente diez años. En aquella temporada, ambos compartían asiento. Al igual que ahora, el mallorquín tenía el rol de aspirante y debía pelear contra el campeón en una pista en la que un año antes se planteó su futuro profesional
En ese momento, su duelo con Valentino y Stoner era trepidante y aquel gran premio podía suponer un punto de inflexión para el campeonato. Además, Jorge corría en casa, ya que se crió como piloto en Barcelona y quería quitarse el mal trago de la caída sufrida en Jerez. Así que, trató de impregnarse la mentalidad ganadora del Pep Team decorando la moto con los colores de un Barça tricampeón.Y vaya que su decoración hizo efecto. Volvió a conseguir la pole. Sin embargo, a diferencia de la Fórmula 1, salir primero en Moto GP no te asegura la victoria y más si tienes a Rossi y a Stoner asomándote el cogote. Dichas expectativas no llegaron a acertar de lleno con la realidad impuesta en la vista. Casey Stoner se descolgó de las dos flamantes Fiat Yamaha, ya que empezaba a sufrir sus primeros problemas de fatiga extrema que le llevaron a despedirse del título en aquella temporada.
Eliminado el 27 de Ducati, Rossi y Jorge se disputarían la victoria. El trasalpino comandó la prueba antes de superar el primer tercio de la prueba. Lorenzo, lejos de hacer caso a sus instintos competitivos y rebasarle instantáneamente, empezó a estudiar sus puntos débiles. Pasado el ecuador de la prueba, lo encontró y rebasó al propio Rossi en la zona del estadio, haciendo sonar las miles de gargantas que se concentraron en el trazado catalán.
Rossi, fiel a su estilo, durmió la carrera para despertarla en las últimas vueltas para levantar al público brindándole una nueva victoria. De este modo, adelantó a su compañero en la mismísima recta de meta a falta de cinco vueltas.
A partir de ese momento, sus espadas acechaban replicando un duelo entre Águila Roja y el Comisario. El joven aprendiz tenía al público de su parte y parecía que iba a homenajear a la obra de Guardiola. Sin embargo, Rossi hizo de Iniesta salvador y en el último momento, metió la moto en la última curva del trazado. De este modo, logró su victoria número 99 que curiosamente es el del propio mallorquín.
Sin duda, aquella carrera fue la demostración de que Valentino llegó al éxtasis de su carrera deportiva. ¿Y por qué? Porque combinaba calidez y frialdad en función del devenir del tiempo. Su gran estado de forma no era sinónimo de que mantendría su trono durante mucho tiempo, ya que un joven jovenzuelo llamado Jorge estaba incrementando su carácter ganador batallando con el mejor. Por lo tanto, aquel Gran Premio de Cataluña marcaría un antes y un después en el historia del Motociclismo.
Resulta sorprendente ver como Yamaha eran los jueces del mundial hace una década. Sin embargo, ahora presenciamos como la marca de los diapasones han abdicado paulatinamente. Lo peor de todo es que el fabricante nipón no da síntomas de recuperación, por lo que todo pinta de que presenciará el dominio de otras dinastías. ¿Será este Gran Premio de Cataluña el inicio de la reconquista?