Cómo suele ser habitual en el mes de junio, además del fin de temporada de fútbol o de la llegada del orgullo gay, aparece el terror de muchos estudiantes, en su inmensa mayoría menores de edad, es decir, la llegada de la temida selectividad (actualmente la EVAU).
Para lectores de otros países, ¿qué es la EVAU? Bueno, es una serie de exámenes sobre los contenido de Bachillerato, es decir, Lengua Castellana y Literatura, Inglés, Historia de España y el resto de materias de las diferentes ramas de Bachillerato (Humanidades y Ciencias Sociales, Ciencias de la Salud, etc).
La media obtenida entre la nota general de Bachillerato y en la propia selectividad te da la famosa nota de corte para elegir unos determinados estudios de grado. De este modo, si Fulanito saca un 9, puede entrar de sobra en Magisterio o en Periodismo, mientras que está lejísimos de Medicina o de la Facultad de Comunicación de la universidad equis.
De este modo, la presión de los estudiantes son dispares dependiendo de los estudios de grado, ya que ven que ese examen como una parte crucial de su vida. Muchos de ellos creen que no obtener la nota que quieren, puede suponer que su vida se vaya al garete al no lograr lo que quieren. Pero al fin y al cabo, eso lo pueden pesar muchos padres y gente que no está al tanto del mundo educativo.
Así que, ¿quién mejor que un estudiante que pasó hace relativamente poco la selectividad para explicar su percepción sobre la EVAU? A ver, es importante sacarla porque te quitas un peso de encima y por ende, tienes mayor libertad para elegir tu vida, pero tampoco debes machacarte porque una nota sacada en una única ronda de exámenes no determinan tu valía, ya que la vida es muy larga y tu camino lo puedes encontrar después de los 18 años, lo que supone tener la oportunidad de repetir la selectividad para lograr lo que te plazca.
Sin embargo, este argumento tiene muchas contradicciones, por ejemplo, ¿cómo le explicas a un estudiante de medicina que su nota no determina su valor profesional cuando necesita más de un 12 para dedicarse a lo que le apasiona? Pues por desgracia, hay ocasiones en los que debes comerte los ideales como si fuera el plato que más detestas y convertirte en un esclavo de la memoria sistemática. Sería un trámite para acercarte al futuro que tanto deseas.
En definitiva, tu vida no depende exclusivamente de este examen porque la luz que determine tu camino aparecerá cuando menos te lo esperes. Sin embargo, este hecho no quita que tienes que poner todo el coraje y el corazón del mundo para hacer esta prueba de la mejor forma posible. Suerte a todos los estudiantes en lo que les queda de selectividad.