El ciclismo es un deporte en el que se usa la bici como medio para recorrer determinadas distancias que pueden ser en carretera, lugares donde se celebran las grandes vueltas como el Tour o la Vuelta, en un velódromo, modalidad en la que Joan Llaneras ha logrado metales para la delegación española en los JJOO o en la montaña, espacio en las que compiten ciclistas BBT, es decir, que utilizan bicis que son efectivas para cualquier tipo de terreno.
Mucha gente opta por enfocar este deporte en la montaña porque tienen certeza de que no hay coches que provoquen atropellos a los ciclistas, tendencia que ha aumentado en los últimos años. Sin embargo, no han tardado en aparecer los obstáculos para interrumpir su práctica mediante las siguientes trampas:
- Alambres: son cables de metal colocados a un lado de un camino a gran distancia del pueblo. Es una de las peores trampas, ya que un ciclista no puede ver este obstáculo al pasar a cierta velocidad (20 km/h), con sus gafas de Sol llenas de barro y para colmo, el cable es muy fino. Este hecho supone que la altura es el factor que determina la gravedad del tropiezo, ya que puede haber una caída o que el cable esté a la altura del cuello o la cabeza y provoque la muerte instantánea.
- Clavos en madera: son trozos de madera compuestos por clavos y están escondidos en la tierra con la finalidad de que la rueda sea pinchada y no pueda continuar el trayecto que tenía previsto, pero claro, ¿y si se cae encima por casualidad o a través de esa trampa? Con total certeza, se clavará los clavos o sufrirá una fuerte caída contra el suelo.
- Agujeros y troncos de madera por el camino: es la menor porque es fácil de esquivar si son encontradas por el camino.
La cuestión es: ¿quién sería capaz de cometer semejantes atrocidades? Pues alguien que tiene la cordura donde Ana Botella tiene su nivel de inglés o alguien que tiene fincas alrededor y por tanto, no quieren que pasen los ciclistas por dichos lugares.
Vamos a ver, pequeños gruñones, ¿que más os da que pasen por caminos si son públicos?. En otras palabras, para los propietarios casposos e idiotas de tierras, de puertas para adentro, es vuestro, de fuera, es público.
No hacen nada malo por disfrutar de la naturaleza, por eso, es necesario hacerse la pregunta del millón: ¿dónde practican este deporte? Cómo no se lo pasen por el arco del triunfo o inventen una bicicleta que valla por el aire o el mar. No, no, espera, es posible que molesten a los aviones o a los barco.
Por otra parte, ¿qué medidas han tomado los organismos gubernamentales o el cuerpo policial? Señoras y señores, si esperaban que iban a levantar el culo de sus sillas, estaban muy equivocados, ya que sólo se sabe alertar vía Twitter o que la Real Federación Española de caza lance balones fueras, alegando que "ellos están enfadados porque espantan a sus presas".
Una cosa, pequeños justicieros. ¿cómo van a ser los cazadores si esas trampas están durante todo el año y la caza está establecida en un determinado periodo de tiempo?, por no hablar que para acusar, es necesario hacerlo con pruebas y teniendo pruebas de quiénes cometen estas maldades, ¿por qué narices no están acusados o en la cárcel?
Desgraciadamente, ya ha habido incidentes como el de un chico joven de Vigo que sufre una lesión medular irreversible tras chocar contra una piedra, una menor de ocho años en Asturias que ha tenido quemaduras en ambas orejas a consecuencia de un hilo de Nylon o un cable que arrancó el labio de un hombre.
Se necesita una solución como agua de mayo para atajar este asunto antes de acabar llorando la muerte de alguien. Pero claro, aquí solamente se aprende por las malas y no se actuará en consecuencia hasta que no toque enterrar a un ciclista.