El servicio militar o "la mili" ha sido uno de los pilares de la sociedad española en el siglo XX, lo que significaba escuchar una gran cantidad de anécdotas sobre esa época por parte de nuestros padres o abuelos. Sin embargo, ¿cuál era la utilidad de la mili en la época franquista y en la España democrática de Adolfo Suárez y Felipe González? Para saberlo, solamente hay que mirar comentarios de foros, por ejemplo, los de Libertad Digital en marzo de 2011, que tendrá opiniones positivas y negativas:
- Negativas: "Melilla, año 1997. Ridículo y absurdo, a veces te esforzabas por no reírte de las ocurrencias de los militares. El problema no era ese, sino que la gente abusaba de los porros, el alcohol y el sexo de pago. No había otra diversión o no sabían buscársela. Fue una buena idea suprimirla".
- "muy sencillo: NADA. fue una m. de tiempo dedicado a la mayor estupidez.
- Positivas: "en fin, buenos amigos, con los que compartí sueño, tabaco, experiencias y. fundamentalmente, compañerismo. No fue una mala experiencia, pues salvo los servicios de 24 horas, cada 4 días, iba a dormir a casa, pero tampoco es un periodo de tiempo especialmente aprovechado. Sólo una cosa, lo más bonito, emotivo y emocionante de todo, la Jura de Bandera. La recordaré toda mi vida.
- "Que recuerdos... Juventud, amistad, ciertas penurias, agotamiento físico y sobre todo Jura de Bandera en la provincia de Vizcaya, en las Vascongadas, una sensación cercana al orgasmo. No me arrepiento de ni un minuto de mili, y por cierto, si aún la tuviéramos, muchos de los ninis (si no todos los varones) de hoy en día. no serían tales.
Estos escritos junto a los testimonios contados por mis padres, tíos y abuelos, se puede decir que la mili provocó conocer gente de otros lugares y de otra procedencia social, disciplina, respeto a la autoridad y que mucha gente de la España rural tuviera la oportunidad de aprender a leer y a escribir.
Sin embargo, tras muchos años de debate, José María Aznar suprimió la mili para el 31 de diciembre de 2001, por lo que la gente de la generación de 1982 no tendrían que alistarse en las Fuerzas Armadas, adelantándose a la promesa electoral del socialista Joaquín Almunia de las elecciones del año 2000.
17 años después, la vuelta de la implantación del servicio militar obligatorio en países como Suecia o Francia han provocado el miedo para muchos de la generación "millennial" a coger un fusil, ya que no quieren estar pasando calor con un uniforme que lo quieren menos que "Sálvame" a la programación educativa y para colmo, el PP quiere implantar la mili, pero de forma voluntaria.
Sin embargo, ¿Cuáles son las intenciones de esta medida? Evitar que España sea el país con más ninis (gente que ni estudia ni trabaja), inculcar la disciplina que se ha perdido en el trato a padres y profesores y ensalzar los valores patrióticos.
Las dos primeras ideas son estupendas, ya que una persona está harta de hincharse a estudiar y a escribir para ganarse un puesto en los mundos de la enseñanza, letras y periodismo, mientras que otros solo aspiran a estar tirados en el sofá jugando a la play o viendo la televisión y además, alguno tiene una actitud digna de un adolescente de "Hermano mayor".
Pero claro, hay gente que ha recibido la disciplina necesaria de sus padres que no tiene por qué aguantar las voces de un sargento histérico tan educado como Javier Clemente en las ruedas de prensa que insulta mediante comentarios homófogos y además, una persona no tiene por qué ir a la mili para sentirse patriota, ya que muchos adoran a la gente y a la cultura de este país sin vestirse de militar.
En definitiva, es una propuesta interesante, pero los mandos que se encarguen de la instrucción debería imponer la dosis necesaria de disciplina dependiendo del sujeto que se ha alistado.
- Positivas: "en fin, buenos amigos, con los que compartí sueño, tabaco, experiencias y. fundamentalmente, compañerismo. No fue una mala experiencia, pues salvo los servicios de 24 horas, cada 4 días, iba a dormir a casa, pero tampoco es un periodo de tiempo especialmente aprovechado. Sólo una cosa, lo más bonito, emotivo y emocionante de todo, la Jura de Bandera. La recordaré toda mi vida.
- "Que recuerdos... Juventud, amistad, ciertas penurias, agotamiento físico y sobre todo Jura de Bandera en la provincia de Vizcaya, en las Vascongadas, una sensación cercana al orgasmo. No me arrepiento de ni un minuto de mili, y por cierto, si aún la tuviéramos, muchos de los ninis (si no todos los varones) de hoy en día. no serían tales.
Estos escritos junto a los testimonios contados por mis padres, tíos y abuelos, se puede decir que la mili provocó conocer gente de otros lugares y de otra procedencia social, disciplina, respeto a la autoridad y que mucha gente de la España rural tuviera la oportunidad de aprender a leer y a escribir.
Sin embargo, tras muchos años de debate, José María Aznar suprimió la mili para el 31 de diciembre de 2001, por lo que la gente de la generación de 1982 no tendrían que alistarse en las Fuerzas Armadas, adelantándose a la promesa electoral del socialista Joaquín Almunia de las elecciones del año 2000.
17 años después, la vuelta de la implantación del servicio militar obligatorio en países como Suecia o Francia han provocado el miedo para muchos de la generación "millennial" a coger un fusil, ya que no quieren estar pasando calor con un uniforme que lo quieren menos que "Sálvame" a la programación educativa y para colmo, el PP quiere implantar la mili, pero de forma voluntaria.
Sin embargo, ¿Cuáles son las intenciones de esta medida? Evitar que España sea el país con más ninis (gente que ni estudia ni trabaja), inculcar la disciplina que se ha perdido en el trato a padres y profesores y ensalzar los valores patrióticos.
Las dos primeras ideas son estupendas, ya que una persona está harta de hincharse a estudiar y a escribir para ganarse un puesto en los mundos de la enseñanza, letras y periodismo, mientras que otros solo aspiran a estar tirados en el sofá jugando a la play o viendo la televisión y además, alguno tiene una actitud digna de un adolescente de "Hermano mayor".
Pero claro, hay gente que ha recibido la disciplina necesaria de sus padres que no tiene por qué aguantar las voces de un sargento histérico tan educado como Javier Clemente en las ruedas de prensa que insulta mediante comentarios homófogos y además, una persona no tiene por qué ir a la mili para sentirse patriota, ya que muchos adoran a la gente y a la cultura de este país sin vestirse de militar.
En definitiva, es una propuesta interesante, pero los mandos que se encarguen de la instrucción debería imponer la dosis necesaria de disciplina dependiendo del sujeto que se ha alistado.