Vine de Córdoba mentalizado con que el verano 2016 llegaba a la línea de meta, pero quedaba el evento que tanto estaba deseando que llegara, es decir, la boda de mi prima Jessica. ¿Quién nos iba a decir que se iba a casar un año después de haber sido operada de un mioma en el oído?
La verdad es que no soy de bodas y no me gustan los meses previos por el estrés que causan los preparativos. Escribo esto porque tenía la cabeza como un bombo durante los meses previos al acontecimiento, ya que escuchaba la palabra "boda" más veces que podía sonar "el bicho" en las retransmisiones de Manolo Lama en "Cadena Cope".
La boda fue por lo civil y celebramos el convite en el Restaurante "El Mesto". Mi prima pasó del típico postureo y solo invitó a los amigos y familiares con los que había tenido más relación en sus 34 años de vida. Por ello, no fueron invitados muchos de los tíos por parte de mi abuelo materno, ya que es imposible tener relación con los familiares de nuestros ocho tíos abuelos.
No todo a el mundo le sentó bien que mi prima no fuera una "bien queda", ya que mi prima Ainara no comprendieron por qué no fueron invitados. Por ello, cuando días antes del bodorrio dije: "prima, Jade y yo vamos a salir la semana que viene, tenemos boda".
Ella, con cara agria y de mala, me dijo; "ya".
Sin embargo, estoy de acuerdo con la decisión de mi prima. Pienso que hay que estar en las buenas y en las malas y ellos no han echo acto de presencia en las duras cuando la operaron del mioma ni cuando nació mi primillo Pol, por lo que no merecen estar en el bodorrio. Mientras Jade y yo estábamos de celebración, mi prima decidió quedar con sus amigos del instituto.
Decidieron ver la película española "Cuerpo de élite" y les dijo a sus pretendientes que les diría quien sería su príncipe azul cuando salieran del cine. Las carcajadas eran frecuentes en la sala por la excelente interpretación de actores como Jordi Sánchez o María León.
Sin embargo, Carlos y Armando estaban más serios que los jugadores del Real Madrid en la tanda de penaltis. Es más, ni siquiera se pidieron el cuento de palomitas, en definitiva, estaban tan cagaos que no les cabía una gamba en el culo.
Cuando se acabó la película, Ainara les dijo que se fueran al Pilancón de los Burros, que allí les diría quien sería su novio, ya que antes tenía que ir al baño a maquillarse. Ellos hicieron caso como niños buenos. Ambos no intercambiaban palabra. De este modo, el silencio se podía cortar con un cuchillo, pero se rompió cuando llegó mi prima con Marina y Saúl.
Armando se veía como ganador, ya que considero que mi prima se llevó a Saúl para que consolara a Carlos, porque no creía que eligiera a una persona delante de su mejor amigo, ya que sería muy cruel para alguien que se ha visto más solo que la una. Así que, sacó una sonrisa, le dio la mano a Carlos y le dijo: "bueno tío, que gane el mejor, has sido un digno competidor"
Carlos dijo: "Igualmente".
Llegó Ainara más feliz que el día que sacó su primer sobresaliente en Matemáticas y dijo: "chicos, tras mucho de reflexión, he decidido que mi novio va a ser Saúl".
Sin embargo, Carlos y Armando estaban más serios que los jugadores del Real Madrid en la tanda de penaltis. Es más, ni siquiera se pidieron el cuento de palomitas, en definitiva, estaban tan cagaos que no les cabía una gamba en el culo.
Cuando se acabó la película, Ainara les dijo que se fueran al Pilancón de los Burros, que allí les diría quien sería su novio, ya que antes tenía que ir al baño a maquillarse. Ellos hicieron caso como niños buenos. Ambos no intercambiaban palabra. De este modo, el silencio se podía cortar con un cuchillo, pero se rompió cuando llegó mi prima con Marina y Saúl.
Armando se veía como ganador, ya que considero que mi prima se llevó a Saúl para que consolara a Carlos, porque no creía que eligiera a una persona delante de su mejor amigo, ya que sería muy cruel para alguien que se ha visto más solo que la una. Así que, sacó una sonrisa, le dio la mano a Carlos y le dijo: "bueno tío, que gane el mejor, has sido un digno competidor"
Carlos dijo: "Igualmente".
Llegó Ainara más feliz que el día que sacó su primer sobresaliente en Matemáticas y dijo: "chicos, tras mucho de reflexión, he decidido que mi novio va a ser Saúl".