Estoy preparando la nueva entrada sobre la sección "momentos más importantes en los últimos 50 años" y uno de los acontecimientos que han marcado la historia contemporánea de España fue cuando Juan Carlos I forzó la dimisión de Carlos Arias Navarro y nombró presidente del gobierno a Adolfo Suárez en un caluroso 5 de julio de 1976.
En aquel momento, Adolfo era desconocido por la población española, ya que no era miembro de una familia importante. Sin embargo, había sido la mano derecha de un miembro importante del Opus Dei, Fernando Tejedor, fue procurador en Cortes por Ávila, llegando a usar el nombre de Franco para mejorar las infraestructuras de la provincia que representaba, fue director general de Televisión Española, hecho que permitió dar una buena imagen pública a Juan Carlos y antes de vivir en Moncloa, fue ministro-secretario general del Movimiento.
Este hecho demostró que Juan Carlos quería caras nuevas y jóvenes, por lo que se decantó por Adolfo y no por algún veterano del régimen como Manuel Fraga. Parecía que iba a durar menos que un caramelo en la puerta del colegio, pero estableció una política de diálogo y consenso con la mayor parte de las fuerzas políticas.
De este modo, logró que no hubiera ni vencedores ni vencidos porque los miembros del Movimiento aceptaron la ley de reforma política o consiguió que Santiago Carrillo, ex miembro del Partido Comunista de España, pudiera participar en el juego democrático. Cuando ganó las elecciones, propuso y se pudo aprobar una Constitución en 1978 que actualmente perdura y fue hecha a medida de todos los españoles.
Creo que esos años de transición hacen que Adolfo Suárez sea un gran presidente porque supo establecer consenso con todos y sobretodo, buscó el bien de todos, pero creo que su grandeza se pudo ver cuando supo ver que su presencia podía perjudicar a los demás. Por ello, optó por dimitir a principios de 1981 porque hiciera lo que hiciera, la izquierda o la derecha, ricos o pobres y hasta gente de su propio partido quisieron eliminarlo de la presidencia del gobierno.
Los miembros de la Iglesias y los militares le acusaron de traidor por aprobar la ley del divorcio o por no acabar con la matanza de la banda terrorista ETA y la izquierda, sobretodo un ambicioso Felipe González, le recordaban su pasado en el Movimiento Nacional.
A pesar de haber dejado la presidencia, actuó como tal cuando Tejero asaltó el congreso y no se agachó cuando el teniente disparó, demostrando que un presidente nunca tiene que acobardarse, creó el CDS (Centro Democrático Social), asumiendo que su labor era ser intermediario entre dos partidos como el PSOE y Alianza Popular que estaban muy alejados en el ámbito ideológico y supo dejar definitivamente la política a principios de los 90 cuando su partido no obtuvo los resultados deseados.
Sinceramente, creo que fue un hombre honrado porque decía lo que pensaba, aunque la situación le causara enemigos e incluso no metía mal a los demás, ni siquiera hacia Juan Carlos cuando tuvo sus diferencias en los días previos al 23-F.
Aunque lo considere el mejor presidente de la actual democracia española, también creo que cometió errores porque no tomó medidas contundentes ante la crisis que se avecinaba en España o no estableció medidas de progreso en la educación como hizo Felipe González.
Sin embargo, mucha gente le va a echar en cara que no hubiera celebrado un referéndum entre monarquía y república porque sabía que el régimen monárquico no iba a ser la opción más elegida. Es cierto que hubiera sido más correcto haber optado por un referéndum entre monarquía o república, pero viendo que un régimen republicano hubiera abierto las heridas de guerra y la rebelión militar hubiera sido exitosa, creo que fue un hombre coherente no optando por plantear dicha propuesta.
También se dice que seguimos viviendo en una dictadura porque Juan Carlos fue designado por Franco o que nuestra democracia es una gran mentira porque España es un país con grandes índices de corrupción. Para empezar, al sucesor de Franco lo volvieron a elegir los españoles porque era la opción más viable para evitar la vuelta a la violencia y en segundo lugar, es cierto que nuestra democracia tiene mucho margen de mejora, pero como ya dije en su día, prefiero un país como el de ahora en que se vive decente antes de estar en una república en la que se reprimía a la gente por pensar diferente.
Es natural que Suárez hiciera cosas bien porque no existe el presidente perfecto, pero creo que Adolfo es una mejor referencia para los futuros políticos españoles que Pablo Iglesias porque mientras que el ex dirigente de la UCD impulsó la llegada de la democracia, el actual líder de Podemos tiene como referencia a un comunismo que siempre ha traído miseria en la práctica. Creo que no tengo nada más que decir, espero que os haya gustado esta entrada, un saludo.