Sinceramente, me esperaba que Miriam me preguntara eso porque debe ser raro que alguien te hable de la noche a la mañana y de repente, te pida amistad sabiendo que ella no ha tenido vida social y para colmo, haya sentido en sus propias carnes como la gente le ha hablado por lástima.
En cambio, yo solo quería tener una amistad con alguien que merece la pena. Digo esto porque hay que ser muy buena persona para juntarse con alguien como yo que pasé mi época de instituto haciendo el payaso, mintiendo y creyéndome algo que no era para tener la aprobación de la gente. Por tanto, le dije: "claro que no te hablo por pena, me caes bien y como nos llevábamos tan bien en Bachiller, me gustaría que fuéramos amigos. ¿Por qué me has preguntado eso".
Segundos más tarde, me leyó el mensaje, y el Whatsapp indicaba que estaba escribiendo, pero no me enviaba el mensaje. Lo que parecía ser una contestación de cinco segundos, fueron cinco minutos de incertidumbre porque si ves un chat en el que aparece "escribiendo", te espera un testamento en la que te dicen cuatro cosas bien dichas, de las cuales, yo temía que fueran las necesarias para mandarme a tomar viento porque no es normal hablar a alguien cuando quieres nueva gente para el grupo.
Por tanto, ya tenía asumido que me iba a ir al carajo, aún así, mira por curiosidad el mensaje que decía lo siguiente: "Vale, me parece bien. Es que no es la primera vez que me hablan por lástima y no me fío de nadie". Sin duda, esa respuesta fue todo un alivio para mi, así que le propuse quedar al día siguiente con Abel, Raúl, Carolina, Jade y con un servidor. Su respuesta fue que si.
Aquel último sábado de junio pintaba estupendo porque iba a ir la gente del grupo con la que me sentía cómoda, Miriam se incorporaba al grupo y encima íbamos a ver la madre de los partidos de los cuartos de final de la Eurocopa, Alemania-Italia. Sin embargo, el plan se iba a truncar cuando Marina preguntó si íbamos a salir.
La verdad es que Jade, Abel, Carolina y yo no queríamos que se vinieran porque iban a haber cuchicheos, solo se haría lo que ellos quisieran, Ainara dejó de lado a Carolina, iban a reírse de Miriam porque cuando viene otra persona lo suelen hacer. Ya lo hicieron un día se vino la novia de Jaime y bueno, no salió muy contenta de la quedada porque solo recibió burlas porque llevaba ropa de una mujer de 30 años.
Así que, había que intentar quedar con ellos, por lo que yo pensé en soltarles una mentira piadosa, pero Jade me dijo: "Sergio, ¿eres tonto o que te pasa? Eres un cobarde, hay que decir las cosas a la cara, porque si no lo haces, vas a tener problemas, o recuerda que te ha pasado este año en el piso por ser un calzonazos".
La verdad es que cambié la mentalidad, por ello, cuando Javier me preguntó que si salíamos a las 8 y media cuando teníamos pensado visitar a Bedardo porque se encontraba constipado, y claro, viendo que había distanciamiento en el grupo, me armé de valor y tartamudeando, le dije: "es que resulta que ellos no quieren salir con vosotros, por ejemplo, Abel, por todos los malos rollos causados". Javier se quedó callado ante la respuesta y dijo: "vale Sergio, no te preocupes, ya quedaremos".
En ese momento, pensé que no se lo habían tomado tan mal, pero minutos más tarde de haber dicho lo que había, Amanda y Marina se salieron del grupo. La verdad es que sentía como una persona que solo provocaba peleas. En parte, eso era verdad porque si yo me hubiera callado, seguirían en el grupo, pero yendo cada uno a lo suyo, pero sin follones. Pero claro, muchas discusiones del pasado no estaban aclaradas y en cualquier momento, iba a llegar un problema que iba a tener más consecuencias de las que tuvo mi declaración a Javier.
Por tanto, la quedada iba a ser tranquila. Salí a las 8 y media, Miriam se vino antes para que conociera a Jade y por lo menos, se fuera integrando. Encajó bien con mi chica y posteriormente, también se le vio cómoda con Abel porque la primera conversación que tuvieron fue sobre la Eurocopa y como aman el fútbol, el buen feeling entre ellos estaba servido.
En medio de aquella conversación, Abel propuso ir a la pizzería "El leñador" para ver el partido de cuartos de final. Justo cuando íbamos a pedir las pizzas, nos encontramos a Ainara, Marina y Amanda. Mi prima se acercó a nosotros y dijo: "Hola".