Cuando escuché el discurso de Javier, flipé un poco porque él es el primero en quejarse de la gente que va a los cumpleaños sin estar invitada y además, Jade, Abel y por supuesto, Carolina, no iban a estar por la labor tras haber visto como meses antes, un amigo de Ainara, Sergio Pérez, comió pizza gratis en el cumpleaños de Abel sin que nadie lo hubiera invitado. Además, el cabreo de Carolina iba a ser mayor al ver que venía una acoplada sin avisarle de la situación.
Por tanto, le sugerí a Javier que le avisará que se iba a venir Amanda al cumpleaños porque no tenía a nadie con quién salir y no sabía decir no a la gente.
Javier se lo comentó para que no hubiera problemas y Carolina respondió: "vale".
Jade y yo pensamos que ese respuesta no mostraba mucho estusiasmo. Nuestra suposición se convirtió en realidad cuando fuimos a recoger a Carolina a su casa y nos dijo lo siguiente: "tío, es que estoy harta, y ayer no me importaba que se viniera y es que la ha visto hoy y me ha girado la cara y encima, Ainara vendrá, estará conmigo, pero cuando esté Marina, pasará de mi".
La verdad es que nos quedamos callados porque ella tenía toda la razón, pero bueno, íbamos a pensar en pasarlo bien y por supuesto, que la selección ganara su partido.
Llegamos al cumple y primero nos fuimos de tapas a ver la primera parte y la verdad es que había muy buen rollo, básicamente porque gritábamos como borregos por cada jugada de la selección y el éxtasis llegó con los 2 goles que le metimos a Turquía (el de Morata y el de Nolito). Al ver que el partido estaba prácticamente ganado, nos fuimos a cenar al restaurante turco " Mil sabores", lugar donde Carol nos invitó a cenar.
Allí, la mayoría de todos estábamos de buen rollo, por un lado, Luis empezaba a cantar el himno ruso y a presumir del gran deporte que inventaron Jade y Luis mientras veíamos fútbol ("el Kirbil, juego que trata de coger una bola de papel y tirarla entre los dedos de la otra persona, cuyos dedos tienen forma de portería), Javier y yo hacíamos combates pokémon desde el móvil donde evidentemente, ganaba yo y Jade hacía de entrenadora y Abel y Raúl tenían un debate futbolístico sobre la Eurocopa.
La verdad es que nuestra mesa parecía un gallinero, sin embargo, la conversación entre Amanda y Ainara era digna de los servicios secretos del gobierno. Pero claro, Jade que tiene un oído prodigioso, escuchó lo siguiente:
Amanda: pero aver Ainara: que es lo que más te gusta de cada uno?
Ainara: haber, Armando es atento conmigo, pero claro, es muy celoso. Cuando le digo que voy a salir con mis amigos, dice que él también sale por si me echan caña. Y eso no lo tiene el otro".
Armando escuchaba atentamente todo lo que decían, así que, cuando Ainara se dio cuenta, le dijo que se fuera a la otra punta de la mesa porque la conversación era privada.
Se fue al lado de Javier y Jade vio la tremenda cara de amargado que tenía. Ella, que le había cogido asco a Armando por sus indirectas y bordería, al verlo así, puso una sonrisa de oreja a oreja y me dijo: "chócala".
Lo pasamos bien porque el Karma estaba siendo justo con quien se lo merecía y además, finalizamos el cumpleaños a lo grande en el karaoke del pub " El Nereah" cantándome la canción de Parchís-"Cumpleaños feliz" y Luis, como siempre recitó "Caballito de palo".
La verdad es que veía luz al final del tunel porque me lo pasaba bien con la pandilla y mis padres me estaban apoyando en mis estudios a pesar de que estaba en la convocatoria extraordinaria. Pensé que mis padres tuvieron razón en su día al recomendarme que no me fuera a vivir con Josué en mi primer año de carrera.
Pero claro, a pesar de que no iba a ir a vivir con él en el siguiente curso, todavía tocaba estar en contacto porque había que dejar limpio el piso y entregar las llaves. Sin embargo, Jade y yo sospechábamos de que Josué se iría a compartir piso con Ismael, ya que me lo dejó caer en los primeros meses del curso. Yo le dije que no podría ser porque supuestamente no tenían dinero para piso, pero Jade defendió su argumento diciéndome que precisamente, lo que es dinero, les sobraba porque sus abuelos le daban dinero todas las semanas y por eso podían permitirse caprichos.
Sin embargo, su pensamiento empezó a ser más sospechoso cuando Leovigilda le mandó un mensaje a mi madre y le dijo lo siguiente:
- "Hola Lucía, ¿que tal todo?, me gustaría que Tino y tú le deis las llaves al casero y de paso, enseñéis el piso a futuros inquilinos.
- "Hola Lucía, ¿que tal todo?, me gustaría que Tino y tú le deis las llaves al casero y de paso, enseñéis el piso a futuros inquilinos.
Mi madre respondió: "eso no puede ser porque el contrato dura hasta el 25 de junio y además, he visto cosas de Josué".