Si, se confirma lo que temíamos
los espectadores. El ministerio del tiempo no tendrá una cuarta temporada. Se
veía venir, pero no nos lo queríamos imaginar. Ya estuvieron dudosas la
renovaciones de la segunda y tercera temporada, y no precisamente por falta de
calidad, porque las criticas han sido muy positivas, ya que se ha hecho muy
bien la serie, al introducir la ficción en la televisión pública mediante los
viajes en el tiempo en los que chocan los personajes por vivir en épocas
diferentes y deben mantener la historia para evitar consecuencias graves.
De este modo, hemos podido ver a
célebres personajes históricos como Gustavo Adolfo Bécquer, Lope de Vega o el
gran pintor Velázquez como personas con un determinado tipo de personalidad y
por tanto, eran influyentes en su tiempo. Estos ingredientes formaron una serie
en la que la acción, la intriga, el amor, la comedia y la tragedia nos hizo ver
que en España también se podía hacer una buena ficción, hasta el punto de que
“el ministerio del tiempo” se convirtió en una gran franquicia en la que se
incluían libros y hasta juegos de mesa con los que los maestros pueden enseñar
historia.
A pesar del éxito de esta serie,
las audiencias han sido normalitas, tirando a bajas, lo que conllevaba a que
los productores, los hermanos Olivares, hayan estado semanas e incluso meses
planteándose al final de cada temporada si seguían o no. Claro, este hecho hace
que la serie pierda valor porque mientras no se decide si la serie sigue o no,
los actores se van yendo y por eso,
Rodolfo Sancho (Julián en la 3º temporada) o Aura Garrido (Amelia Folch), a mitad de la misma,
dejaron el proyecto porque no pueden estar parados en la interpretación.
A pesar de las marchas, se ha
podido mantener la calidad incorporando a otros actores españoles de calidad
como Hugo Silva (Pachino) y Macarena
García (Lola Millán) y metiendo otras tramas como la guerra inter temporal
contra la secta rancia del Ángel Esterminador que pasó de ser una forma de dar
continuidad a la trama la mejor temporada de la historia porque se ha visto una
gran evolución de los personajes y sobretodo, el antagonista actuaba con un
plan que se mantuvo con el paso de los episodios.
Me gustó que se acabara con el
ángel exterminador en 1977 porque es una fecha simbólica, porque se conseguía
posibilitar la vuelta de las elecciones en España que posteriormente dieron con
el periodo de democracia más importante para nuestro país y que Alonso, el
noble luchador que va a muerte con sus superiores, fuera a matar al ex
presidente Adolfo Suárez para salvar a su amada.
En cambio, vi absurdo y con
poco sentido el último capítulo en el
cual se muestra las consecuencias de usar el ministerio sin su fin primordial:
“el de mantener la historia”, puesto que ese tema se trató en la temporada
anterior cuando Felipe II viajó en el tiempo para que la Armada Invencible y se
mantuviera el absolutismo.
Esta temporada, junto a la locura
de Velázquez, el asombro de Cervantes al ver que “el quijote triunfo y su
disputa con Lope de Vega por entrar en la gloria, la arrogancia de Torquemada,
la salvación de Lázaro de Tormes o la despedida de Julián y Lorca hacen que
esta serie sea recordada por muchos años, pero la lástima es que el espectador
no haya sabido valorarla.
A eso me refiero es que durante
años he escuchado un montón de veces que están hartos de series familiares de
humor fácil carentes de sentido, como las series fugaces de “aquí paz y después
gloria” o “familia” y cuando emiten una en la televisión pública, se decida no
verla en vez de Gran Hermano, Ella es tu padre o el programa de Bertín Osborne
“en tu casa o en la mía” donde el postureo está a la orden del día.
Sin embargo, si la serie hubiera
tenido la audiencia que merece, considero que la tercera temporada es un buen
momento de finalizar la emisión de la serie para que el argumento tenga la
calidad que tanto nos enganchó a ella porque seguramente, porque si ya ha
costado buscar más argumento en la tercera temporada, imaginad si hubiera una
cuarta, una quinta o incluso una sexta temporada en la que cuesta buscar una
época en la que viajar para darle sentido a la trama y ocurra como en “Águila
Roja” o “Cuéntame como pasó”, es decir, las primeras temporadas engancharon al
público, pero al querer seguir con la
trama, tuvimos temporada donde no ocurrió nada que diera mucho sentido al
argumento inicial hasta las temporadas finales.
En definitiva, creo que el cierre
es lo mejor para tener un recuerdo digno de una serie que ha marcado tendencia
para otras que podemos tener en un futuro, al igual que ocurrió con “Médico de
familia” o “Compañeros” en los ámbitos familiares y juveniles respectivamente
para sacar versiones mejoradas como “Los serrano” o “Física y química”.
Bueno, creo que no tengo mucho más que decir, solo espero que
os haya gustado esta entrada y un saludo.