Capítulo 37: “Disfruta el momento”



Javier se sorprendió por la advertencia de Marina y Ainara, pero al saber que son propensas a inventarse las cosas, por ejemplo que él quería quitarle la novia a Armando o que la misma Ainara dijera que estaba enamorada de él, cuando realmente era una forma de poner celoso a Saúl.
Por tanto, la advertencia le sonó a chino, se sentía decepcionado porque ellas le tomaban por tonto cuando confiaba plenamente en ellas y para colmo, el grupo de David Negro, le dejó tirado. En ese momento, nos lo encontramos justo cuando salíamos de la feria y me contó la advertencia que le habían dado Marina y Ainara. Me contó que a David Negro y compañía no los considera amigos.
Se sentía traicionado y vacío porque a quienes consideraba grandes amigos, le habían traicionado porque cuando se ha encontrado mal, no han sabido escucharle. Por ello, al ver que yo era la única persona que me paraba a escuchar sus preocupaciones y además, le daba consejos. Yo me sentí aliviado porque tras haber sido inseparable de mi el anterior verano a irse con quienes trataron de dejarle solo, parecía que este hecho le había ayudado a reflexionar sobre quienes le importamos de verdad.
Jade, siempre experta en exponer la realidad de forma objetiva, me dijo: “tú no te fíes, porque solo te quiere para contarte las penas y cuando tú no estás, se va con sus amiguitos que le tratan como la mierda”.
Yo le respondí: “es un buen amigo, tranquila, me tiene aprecio, yo confío en él, seguro que habrá escarmentado”.
Ella, harta de escuchar que defendía lo indefendible, me respondió: “mira Sergio, me tienes hasta el coño. No eres objetivo, defiendes a la gente que te trata como la mierda; me dicen puta, hablo por Javier y por ti, eres un bocazas y a la hora de defenderme te callas. Eres un cobarde, vete a la mierda”.
Yo, totalmente sorprendido por su reacción, le dije: “no te pongas así, estemos bien por favor”. Ella, al ver esa respuesta absurda me dijo: “mira, adiós, vete a la mierda, veo que estoy perdiendo el tiempo contigo”.
La verdad es que en ese momento dejamos la conversación de whatsapp, me sentí fatal, pensaba que estábamos muy bien de novios, pero sentí que me habían dado un baño de realidad al haberme dicho todas las verdades de golpe. Estaba claro que debía evolucionar como persona, creía que el hecho de haber dejado de ser un tipo repelente había suficiente para asegurar mi relación, pero parece que debía dejar de ser un lame culos y empezar a valorar a quien realmente me quería.
Esto solo era otro momento agrio del año tan difícil que estaba asumiendo, desde la mala convivencia en el piso, pasando a que estaba suspendiendo todas y por último, veía que hasta podía perder a mi chica.

Yo no era el único que estaba pasando una mala situación, mi amigo Raúl estaba teniendo broncas durante todo el año con sus padres. Lo veían como un fracasado y semanas antes de la selectividad, su madre, harta de ver a su hijo sin estudiar porque claro, tenía buena nota de bachillerato, pero no la suficiente para entrar en dos de sus vocaciones, enfermería o militar en la marina, le dijo: “me avergüenzo de ti, todos tus amigos se han ido fuera a estudiar para hacerse unos hombres y tú aquí, tirado como un perro”.
Sin duda, las ganas de salir se le quitaron, no solo por lo que dice su padre, sino porque sus amigos de toda la vida, Josué e Ismael nunca quedaban con él los fines de semana porque decían que estaban estresados con los exámenes de ingeniería industrial, pero luego sentía que todo era mentira cuando los veía conectados online, sobretodo Josué al LOL que echaba tantas horas, que hasta mentía a Vanessa para jugar a “matar marcianos” y no verla, diciendo que estaba estudiando.
Bueno, sigamos con Raúl que me desvío. Resulta que el muchacho estuvo unas pocas semanas de mayo sin salir por sus desánimos, pero yo era la única persona que me preocupaba por él, y no con los consejos típicos para hacer que el muchacho se sintiera bien, sino haciendo que se olvidara de sus preocupaciones, ya sea torturándolo a chistes malos  hablando de deportes o de momentos graciosos vividos en el instituto. Eso sirvió para que empezara a salir más y pasara de estar desanimado con el estudio, a hacerlo genial y sacar un 11 de media en selectividad.
Está claro que la sensación de ser un buen amigo es tremenda y no solo de boquilla y luego pasando de ti, pero Raúl se mostró como alguien en quien confiar. A pesar de estar en grupos de amigos distintos y ojo, el está en el grupo de gente que me ha apartado tras la bronca que tuve con Josué en el piso, dejó una nota en el blog que estoy escribiendo, la cual es la siguiente:
Tú sabes mejor que nadie que ha sido un año muy duro para mí, no en términos de trabajo o estudios, sino en temas de personalidad. Mi autoestima fue cayendo en picado justo en el momento en el que pude estudiar la carrera de mi vida (Medicina/Enfermería) pero... tropecé por 0,2 puntos.
De estar estudiando una carrera decente en una universidad emancipándome poco a poco de mis padres, a volver a mi casa para ser una carga. Ver a todos mis amigos sacando su vida hacia delante y yo aquí estancado intentando arreglar un capítulo de mi vida que nunca imaginé repetir. Viendo a gente de mi edad convirtiéndose en hombres y mujeres de provecho.
Esto muy poca gente de mi círculo de amistades lo sabe, pero tengo una profunda depresión desde noviembre del año pasado ya que defraudé a todo el mundo y, que tengo un gran problema, nunca exteriorizo mis sentimientos para no involucrar a mis seres queridos (amigos/conocidos/familia) en mis problemas ya que no me gusta verles tristes o decaídos. Mi familia tenía muchas esperanzas en mi dadas las notas que suelo sacar, por eso lo que más lamento es haberle dado este gran chasco.
Aunque mi mente me diga que soy "un inútil" "un vago" "una carga" "un nini"..., mi corazón optimista me dice que la vida sigue, que aún tengo la oportunidad de ser alguien, quiero ser de utilidad en esta sociedad, quiero dejar de ser invisible, quiero comerme el mundo...
En definitiva, este 19 cumpleaños ha sido el más amargo de toda mi vida, pero no voy a tirar la toalla.
Esta entrada va a dedicada a ti, Sergio, eres una de esas personas que siempre me ha sacado las pocas risas que he tenido este año. Tú si que no has tirado nunca la toalla conmigo, siempre invitándome a salir por ahí los fines de semana, contándome esos "chistes" tan buenos y por ser un tío de puta madre (perdón por la expresión, pero lo eres, nunca cambies máquina).
Si había buen rollo con Raúl, Luis, Abel, Carolina y por supuesto Jade, no tanto con Armando, Ainara y demás. Mi chica, como casi siempre, tenía razón porque si semanas atrás dijo que Javier mentía y se iba a ir con quienes quieren fastidiarle, fue lo que pasó. En esa misma quedada, tenía muy buen rollo con Ainara y Marina, esta última estaba pegadita a él y declaró su amor, Javier dijo que no, dejando claro que solo la quería como amiga, dejando claro lo siguiente: “lo siento, pero de momento no me veo contigo, porque si quiero estar con alguien, además de verla como buena persona, me tiene que gustar un poco físicamente”.
 Marina se sintió mal al principio, pero Ainara le dijo que hay que luchar por lo que se quiere, dejando claro que ella hará lo mismo y por ello, seguirá peleando por la persona que realmente quiere sin que se lo espere, pero debe dejarle claro a Javier que no va a parar de luchar por él.
Marina le respondió: “pero tía, no va a acceder, se ve que sigue por Amanda, pero bueno, tu acércate a él y vamos a dejarle claro lo que somos capaces para meternos a los tíos en el bolsillo”.
Por ello, Ainara llamó a Javier y le dijo: “Javier, tienes que saber otra cosa, yo estoy hecha un lío, ahora voy a quedar con Armando porque se está portando muy bien conmigo desde que nos hemos vuelto a hablar, pero también me siento atraída por Carlos, me ha tratado genial y estoy empezando a sentir cosas por él. Me gustan los dos, me aportan algo diferente a lo que me daba Saúl, pero no se por quien decantarme, te digo esto para que sepas que una mujer hace lo que sea por quien merece la pena y Marina no es como las guarras con las que has intentado ligar, es una tía que es genial y va a hacer lo que sea por estar contigo, así que, no la rechaces aún, dale una oportunidad, por favor”.
En ese momento, yo pasaba a los “Helados Moran” a pedirme lo de siempre, es decir, un helado de chocolate y vainilla. Tenía una cara de póker al haber escuchado semejante discurso de mi prima. Jade notó mi cara de sorpresa, así que me dijo: “Sergio, cuéntame todo lo que sabes”.