La primera película de Pokémon apareció en Japón durante 1998, justo cuando esta franquicia no había llegado a España porque la pequeña pantalla disfrutó por primera vez de Pikachu y compañía del anime a finales 1999 en Telecinco junto al videojuego.
Meses más tarde, llegó al cine ibérico la película en la que enfrentaba a los dos mejores pokémon de la generación Kanto, es decir, Mew y Mewtwo. Los aficionados españoles de esta franquicia afrontaron esta película con gran expectación, ya que querían saber cual de los dos legendarios era el más fuertes y cual era el origen de Mew porque su aparición en el juego era una gran incógnita.
La trama comienza con el enojo de Mewtwo con los científicos del Team Rocket porque se da cuenta que ha sido construido con el ADN de Mew como conejillo de indias para que el equipo Rocket dominase el mundo, incluyendo el jefe Giovanni. Por lo tanto, decide buscar sentido a su existencia.
Decide conquistar el mundo con pokémon clonados para que el mundo dejara de ser un tiranía de entrenadores egoístas. Por lo tanto, Mewtwo manda a su mensajero Dragonite invitaciones a entrenadores a Isla Nueva diciendo que él es el mejor entrenador del mundo.
Justo cuando todos estaban en el Ferry para partir a la isla incluyendo a los protagonistas del anime Ash, Misty y Brock, Mewtwo provocó una fuerte marea en el mar como prueba de la valía de los entrenadores. El Team Rocket, Ash y compañia, un chico y una chica llegaron al palacio de la isla, allí estaba la enfermera Joy desaparecida que servía a su maestro.
Allí en el palacio Mewtwo propone un duelo entre sus Venusaur, Charizard y Blastoise con los que tenían los entrenadores, incluyendo el de Ash. El trato era que si los clones de Mewtwo ganaban, él podía llevarse a los pokémon de los demás para clonarlos, poder ganar con sus clones a las especies de los humanos y así tener el mundo a sus pies.
Los clones de las evoluciones finales de los iniciales ganaron con gran superioridad, sin embargo, la poke ball que se llevaba a los pokémon para clonarlos tardó en introducirse en Pikachu puesto que él y Ash lucharon contra esa bola con todas sus fuerzas. Este aspecto de la serie me emocionó porque se vio como el amor entre entrenador-pokémon luchaba ante la superioridad del mejor clon, sin embargo, me dio rabia que hasta en las películas el foco de las miradas se centre en Ash y Pikachu y que los demás sean menos expectadores, a excepción de Mew y Mewtwo.
Luego cuando los clones y pokémon normales empezaron a pelear vi bastante falta de creatividad porque las luchas eran sin ataque y se abofeteaban como si fueran Amador y Teodoro en La que se avecina, incluyendo la épica lucha entre Mew y Mewtwo.
Recuerdo que lloré cuando Ash se interpuso en la lucha épica de la película, por lo que se convirtió en piedra y se encontraba muerto. Después, recuerdo que todos los pokémon presentes se pusieron a llorar y hasta yo solté una lágrima por la emoción que causaban las escenas. Después, volví a decepcionarme por el exceso de fantasía mostrado al ver que las lágrimas hacían resucitar a Ash y que Mewtwo borrara la memoria a la gente que presenció la trama para que olvidara lo sucedido.
En definitiva, pienso que la película estuvo emocionante porque la trama fue sucediendo sin relleno, pero el exceso de fantasía quitaba creatividad a la hora de evaluar la primera entrega de films. Espero que os haya gustado esta entrada, un saludo.