Hace una semana y dos días, finalizó el mundial de Moto gp con una grata sorpresa al haberse proclamado campeón del mundo el piloto español Marc Márquez con una Honda Repsol que en bastantes carreras se encontraba por debajo de las monturas Yamaha o Ducati, pero claro, Marc supo situarse en la mayoría de grandes premios en los puntos y sacar ventajas considerables en carreras como Alemania o en la catedral, es decir, en Assen.
Este mundial del catalán ha sido una demostración más de por qué es mi piloto favorito porque además de llevar la velocidad y el espectáculo en la sangre, también sabe ser regular y usar la calculadora, por ejemplo, cuando en Holanda dejó pasar a Miller o en los primeros compases de la carrera de Rep Checa, dejó pasar a todas las Ducatis para evitar la caída.
Para mí 2016 ha sido el mejor año de esta categoría porque ha habido 9 ganadores diferentes, es decir, Márquez, Rossi. Lorenzo, Viñales, Dovicioso, Pedrosa, Iannone, Crutchlow y Miller, por lo que pudieron vencer cuatro marcas diferentes (Honda, Yamaha, Ducati y Yamaha) y hasta las motos satélites de Cal y Miller y muchas de estas victorias fuera de los pronósticos fueron en condiciones normales, por ejemplo, la de Viñales (Suzuki) en Silverstone o la de Crutchlow en Australia.
Pero sin duda, para mi las mejores carreras han sido las de agua porque se ve el verdadero talento del piloto, ya que se vio a un Barberá con la Ducati satétite al borde de pisar un podio en Brno y sobretodo, la victoria de Miller con una Honda Estrella Galicia que es de las peores de la parrilla.
Estoy contento por las nuevas marcas que han podido volver al mundial como Suzuki que ha podido saborear los podios este año, a Aprilia que va evolucionando debido a la gran cantidad de carreras en las que Bautista pudo ser top 10 y sobretodo, lo que más se satisface es volver a ver a Ducati en las primeras posiciones de la parrilla, habiendo ganado incluso dos carreras, siendo una para Dovi y otra para Iannone.
Pero no todo han sido momentos buenos porque en los libres del gran premio de Cataluña volvimos a vivir en directo la muerte de un piloto, es decir, Luis Salóm, debido a que su moto a más de 200 km/h impactó contra su cuerpo. Pude ver a una afición, sobretodo la española desolada y en silencio, y en medio de ese ambiente digno de un funeral, llegó un hecho que esperábamos muchos aficionados, es decir, el saludo de la reconciliación entre Rossi y Márquez tras los conflictos que hubo entre ellos.
Otras decepciones a nivel de pilotaje fueron las de Lorenzo que no volvió a tener la garra del año pasado desde que murió Salóm, volviendo a mostrar miedo en la moto y de un Pedrosa que no se supo adaptar a la montura y a las gomas Michelín.
En definitiva, 2016 ha sido una campaña para enmarcar, demostrando que si los altos cargos escuchan a los aficionados, el espectáculo puede ser para quitarse el sombrero. Por ello, ya tengo ganas de que empiece la temporada 2017 porque habrá pilotos que conducirán nuevas monturas, así que, gracias por haberme leído en estos meses llenos de motociclismo, un saludo.