Llevo 11 años siguiendo al deporte y me ha tocado vivir bastantes desgracias como las muertes de futbolistas o de pilotos del deporte motor, pero ayer, justo cuando estaba sentado en el autobús de camino a la universidad, leí en el móvil que el club brasileño llamado el Chapecoense había sufrido un accidente de avión en Colombia justo cuando viajaban a disputar la final de la copa sudamericana.
La tragedia fue desoladora porque murieron 76 personas, es decir, todos los jugadores a excepción de cuatro jugadores, cuerpo técnico y periodistas. entre los que estaba el ex jugador del Mallorca y Atlético de Madrid y capitán del Chapecoense, es decir, Cleber Santana.
Este accidente me entristeció aún más al saber la situación de este club puesto que con su humildad, trabajo y sacrificio pudo subir categorías a la velocidad de la luz hasta volver en 2014 a la élite del fútbol carioca tras estar 35 años fuera de él. 20.000 gargantas disfrutaron de la entrega de jugadores como Kempes o el mismo Cleber en la copa sudamericana de 2015 porque llegaron hasta cuartos de final y este año pudieron llegar hasta la final tras haber eliminado a fuertes equipos argentinos como el Independiente y el San Lorenzo.
Pero en el trayecto hacia la final en Colombia se produjo el destino final cuando el Vuelo 2933 de LaMía acabó con la vida de 76 personas que son parte de la historia del club, por ejemplo, el mediocentro Thiaginho fue el último goleador del club y antes del accidente recibió la noticia de que iba a ser padre, Padilla fue el portero que con una parada milagrosa metió al Chape en la final, murió de camino hacia el hospital y Caio Junior, el cerebro de esta proeza del equipo dijo que se moriría tranquilo porque había conseguido todo lo que quería, pero este desenlace fatal ocurrió antes de lo esperado.
El homenaje acontecido en el estadio para homenajear a la gente fallecida fue para tener los pelos de punta, pero me emocionó más cuando el cruel negocio del fútbol se convirtió en un sentimiento de solidaridad porque el minuto de silencio del Liverpool fue para tener los pelos de punta, el Atlético Nacional (otro finalista de la copa sudamericana) ha decidido proclamar campeón al Chapecoense y muchos clubes brasileños quieren ceder jugadores gratis para que el club sobreviva.
Pienso que este hecho me ha hecho reflexionar que hay que disfrutar cada día como si fuera el último porque la muerte acecha cuando menos te lo esperes y me gustaría que la solidaridad mostrada en el fútbol estos días, pueda extenderse a otros países que viven en la absoluta miseria.
Por ello, desde aquí apoyo y acompaño en el dolor a todo el entorno que ha sentido este accidente brutal de avión, VIVA EL CHAPECOENSE, un saludo.