El miércoles pasado comencé mi segundo año que estaría formado por alguna que otra asignatura de primero y algunas de segundo, es decir, un curso mixto para que mis padres no se dejaran demasiado dinero en pagarme la matrícula.
Por ello, traté de encuadrar un horario para realizar ida y vuelta porque me di cuenta en mayo de este mismo año que en mi casita es donde más agusto se está y además, por muy guay que sea, el apoyo de tus padres siempre te empuja para lograr los objetivos logrados.
Ya llevo unos días haciendo los trayectos de Puertollano a Ciudad Real para estudiar y la verdad es que me lleva perder alguna hora esperando al tren, pero por otro lado, me alegra levantarme a las 8 porque conecto con la rutina de instituto que me transmite las ganas de trabajar, así que, ya he ido haciendo los deberes que me han ido mandando.
Luego la alimentación es mil veces mejor que la de allí porque claro, por mucho que tratara de hacer mis comidas, había un mayor descontrol y se tiraba demasiado de fritanga, por lo que subí radicalmente de peso. Sin embargo ahora, zampo en menos cantidad y la espera porque se come antes es mayor, pero estoy contento igualmente porque me veo en el mismo peso.
Respecto a mi clase, las cosas siguen igual, tanto en las asignaturas que hay en 1º y en 2º, veo demasiado interesados por allí suelto, aunque si hay un muchacho de 1º con el que me hablo. Eso sí, el tiempo me dirá si ese muchacho me habla porque quiere un amigo o un muchacho que le pase apuntes.
Debo tener en cuenta que los profesores que he ido conociendo son novedades, en primer lugar, el de mates, bautizado como "Don Limpio", propone dar unas matemáticas mucho más inclinadas a la enseñanza que las del año pasado y el de trastornos es una fusión de mis maestros de institutos, por lo que tendrá bastantes páginas en mi blog.
En definitiva, pienso que aún debo estar en mi casa porque no tengo la madurez absoluta para ser independiente, espero que las buenas sensaciones en un futuro se transformen en buenos resultados, un saludo.