Esta mini serie que trata sobre la fórmula uno en los años ochenta acaba en este capítulo donde se narrará la mayor emoción que trajo el motor en esa década. El principal ingrediente que iba a demostrar que habría emoción en las carreras sería que Mclaren preparó un proyecto perfecto porque empezó a incorporar los potentes motores japoneses, al bicampeón en esos momentos Alain Prost y al jóven y prometedor brasileño Ayrton Senna.
1988 iba a comenzar el duelo Prost-Senna y el primer asalto en el circuito brasileño Nelson Piquet, se lo llevó Prost, pero el espectáculo lo dio Senna que tuvo que salir desde el pit line con el coche reserva porque se le paró en la arrancada y remontó desde la última posición a la cuarta, sin embargo, al final lo descalificaron porque no podía competir con el monoplaza reserva.
Hay que decir que Ayrton era el más rápido, pero también el más irregular y perdió algunas carreras que tenía en la palma de su mano como el abandono en Mónaco a falta de 15 vueltas cuando rodaba líder y en Italia también se quedó fuera de los puntos por su enésima colisión.
Mención aparte merece el gran premio de Italia de 1988 que fue la única victoria de Ferrari esa temporada de la mano de Gerarg Berger, justo el día que falleció el creador de la escudería del cavallino, es decir, Enzo Ferrari.
El mundial llegó igualadasímo a la última carrera de Japón entre Senna que logró 5 victorias seguidas y Prost que logró 4 seguidas. Había 3 puntos de diferencia a favor del brasileño, así que quien ganara la carrera, era campeón.
Senna tenía la pole, pero el embrague no le respondió adecuadamente en la salida, por lo que fue relegado hacia la última posición y solo un milagro le podía hacer campeón. Sin embargo, Ayrton empezó a remontar posiciones y a mitad de carrera ya rodaba en segunda posición a 11 segundos de su rival Prost. La suerte parecía echada a favor del francés Alain, pero Senna siguió recortando hasta a que falta de pocas vueltas el brasileño se colocó lider tras un gran achazo a su enemigo al borde de la línea de boxes y en recta principial.
De este modo, 1988 acabó con el primer mundial de Senna, pero ya empezó a fraguarse la rivalidad entre este y Prost porque "el profesor" aclaró que Ayrton ganaba porque tomaba los reglajes que planteaba Ayrton.
Ya en 1989 la rivalidad aumentó entre los que eran pilotos de Mclaren cuando en el gran premio de San Marino que ganó Senna, Ron Dennis pidió a sus pilotos que no lucharan entre ellos en la salida, pero ellos hicieron lo contrario.
Pero sin duda, el punto álgido de la rivalidad tuvo lugar en el gran premio de Japón 1989, era la penúltima prueba del mundial, Prost le sacaba a Senna 16 puntos, por lo que el brasileño debía ganar para poder seguir soñando por el subcampeonato.
Senna estaba estudiando como ponerse líder en el trazado de Suzuka, hasta que en la chicane previa a la entrada a meta preparó un achazo que Prost cerró bruscamente y ambos pilotos se quedaron clavados, por un lado Prost se bajó del bólido, pero Senna esperó sentado hasta que lo empujaron y remontó hasta ganar.
Lo malo fue que Prost reclamó a sus amigos franceses de la FIA que el reglamento no permitía que un piloto fuera empujado para seguir en carrera, por lo que Senna fue descalifacado y Prost se apuntó el tricampeonato.
La rivalidad estaba en su punto más caliente y Senna se planteó seguir en el automovilismo, pero finalmente decidió seguir compitiendo y Prost decidió marcharse a Ferrari con Nigel Mansell, algunos dicen que el francés marchó a la escudería italiana para no tener más líos con Senna y otros dicen que se marchó para afrontar el reto de ganar con los de rojo.
Eso sí, la temporada de 1990 fue un duelo de boxeo en el que Senna con el Mclaren y Prost con el Ferrari se golpeaban mediante victorias que fueron 6 para el carioca y 5 para el galo, pero Aryton partía con ventaja porque los escapes de Ferrari dejaron tirado a Prost alguna vez que otra.
Por ello, otra vez, en el circuito de Japón, Prost tenía el último tren para seguir luchando por el campeonato, pero sus esperanzas acabaron cuando en la arrancada, justo en la primera curva, Alain y el carioca se tocaron y abandonaron, así que Senna certificó el bicampeonato, entonces, el brasileño ya se había vengado de la injusticia del año pasado.
En definitiva, la década ochentera tan maravillosa acaba con otro título de Senna, con un Nelson Piquet que busca disfrutar de sus últimos momentos de su carrera deportiva con su Benetton, con un joven Michael Schumacher que debutaba con Jordan y sobretodo, con unos Williams que empezaron a acoplar unos motores Renault aspirantes a destronar a Mclaren, por lo que ficharon al león de Inglaterra Nigel Mansell.
Espero que os haya gustado la mini serie y la semana que viene escribiré otra, pero debo pensar el tema, un saludo.