En las primeras semanas de blog realicé un vídeo sobre como sería mi fórmula 1 perfecta donde comenté que me encantaría que volvieran los motores V10, constructores míticos como Toyota o BMW o circuitazos míticos como Ímola o Magny Cours, pero sin embargo, cuando traté de investigar sobre la historia de la fórmula 1, me quedé sorprendido con la gran cantidad de historias acontecidas acontecidas en los años 80.
Para mí en esa década tuvo lugar la fórmula 1 perfecta porque la FIA permitía realizar una gran cantidad de mejoras aerodinámicas y a pesar de ello ninguno de los monoplazas era el bólido perfecto, por lo que las manos del piloto y la suerte eran fundamentales para ganar los campeonatos que hubo desde 1984 a 1991.
En dicha época, los protagonistas fueron los siguientes: el abuelo Niki Lauda que daba sus últimas vueltas de su carrera deportiva, el "profesor" Prost que afrontaba la base de su trayectoria deportiva, el "León de Inglaterra" Mansell con su agresividad, los últimos años de Nelson Piquet y Keke Rosberg o sin duda, uno de los grandes protagonistas: la explosión del joven talento brasileño Ayrton Senna.
1984 fue un mundial donde Braham BMW, vigente campeón, fue sancionado por los irregulares tubos de escape, Alain Prost pasó de estar en Renault a fichar por un equipo puntero de la parrilla, Mclaren con sus nuevos motores Porche y teniendo como compañero de equipo a todo un veterano Nicky Lauda y por último, Ferrari tuvo el honor de tener en sus filas a dos pilotos locales, es decir, a Elio De Angelis y Michelle Alboreto.
La temporada destacó por un duelo trepidante entre el profesor Prost y el abuelo Lauda que se saldó con el tricampeonato del austriaco Lauda en la última carrera por medio punto de distancia sobre su compañero Alain cuando fue detrás de él porque en la parte final del gran premio Nigel Mansell rompió su Lotus.
Pero lo mejor de esa temporada quedó patente en el gran premio de Mónaco de 1984 cuando una lluvia torrencial provocó muchos accidentes, entre ellos de Lauda, Mansell o Berger y un coche de media tabla como un Toleman se movía como pez en el agua gracias a los grandes dotes de Senna bajo agua, pero se quedó segundo logrando el primer podio de su vida y no ganó la carrera porque un comisario francés la suspendió para que no peligrara la ventaja que tenía su compatriota Prost sobre Ayrton.
Espero que os haya gustado esta entrada alternativa y la semana que viene habrá otro resumen de esta época gloriosa, un saludo.