Uno de las noticias más placenteras para mí este verano es que estoy volviendo tímidamente a la lectura, ya que en esta última semana subí entradas sobre libros leídos, por ejemplo, el de "Toda una vida" dirigido a la serie de Cuéntame o "el niño con el pijama de rayas".
Debo decir que el libro que leí ayer llamado, "la llave de Sarah" fue más largo y más emocionante que los anteriores para mí y lo recomiendo para matar el tiempo en una calurosa tarde. Escribo tantos elogios a esta lectura porque no me despegada de las páginas cuando trataba de saber si Sarah Starzynski podía salvarse de la redada del Velódromo de invierno para poder rescatar a su hermanito pequeño Michel que escondió en un armario.
Esta lectura me ha servido para saber que los franceses fingen no tener memoria histórica ante un acontecimiento tan horrible para Francia como fue la redada del Velódromo de invierno en París durante el 16 y 17 de julio que se llevó por delante a más de 10.000 judíos. También quiero destacar que la ciudadanía francesa culpa a los alemanes de semejante holocausto cuando se sabe que los franceses llevaron a cabo la redada por órdenes de la policía alemana.
Sin duda, los personajes que más me llamaron la atención fueron la fortaleza de Julia Jarmond que mostró su verdadera pena ante la redada tratando de investigar a fondo lo ocurrido en julio de 1942, relacionándolo con que su familia política Tézac por esa época con la familia de Sarah porque su suegro y abuela política se trasladaron al piso que dejaron vacíos los Starzynski por su camino hacia la muerte.
Cabe destacar que la familia política Tézac retrata una típica familia francesa orgullosa que entierra lo traumático sin revolverlo. Este hecho lo puedo observar cuando Julia descubre que su padre político Elouard tuvo pesadillas ante la visión del pequeño Michel muerto en el armario. Por lo tanto, cuando Julia Jarmond fue descubriendo mediante pistas de la familia adoptiva de Sarah (granjeros que acogieron a niñ@s judías), lo que fue de ella, la familia de su marido Betrand mostraban opiniones distintas ante la investigación.
Por último, quiero escribir que lo que más me ha llegado a mi corazón ha sido como la inocencia puede acabarse de un plumazo, siendo necesario madurar a marchas forzadas y como la pérdida de seres queridos puede matarte espiritualmente, porque aunque Sarah recibiera cariño de los granjeros Jules y Genevière, se casara y tuviera a su hijo William en América, (lejos de Francia), la pérdida de quienes dieron tus años más fáciles pesa y un suicidio en 1972 en una carretera de los Estados Unidos pudo ser un descanso tras 40 años vividos de amargura.
Espero seguir leyendo historias emocionantes, un saludo.